TRIBUNA DEL LECTOR

Relleno Sanitario: responsabilidad y conciencia

Reacciones diversas generó en la oposición la sanción del nuevo Código Civil y Comercial, no solamente por el trámite “exprés” impuesto a su tratamiento legislativo, sino por algunos de sus contenidos, como por ejemplo, consagrar la irresponsabilidad del Estado y por ende, de sus funcionarios, en materia civil.
Vinculado en cierto modo con lo que antecede, la Municipalidad de Junín ha rescindido el contrato suscripto con la empresa Girssa, a cargo del procesamiento de los residuos domiciliarios y efectuar el convenido relleno sanitario.
El incumplimiento, por parte de la contratada, ha transformado el lugar, situado a la vera de la Ruta Provincial 65, en un basural a cielo abierto, con todos los riesgos imaginables para el medio ambiente y la salud de la población, a resultas de lo cual y ante la falta de respuesta a numerosos pedidos de informes, ediles opositores han demandado penalmente al Municipio.
Pero quiero referirme en estas líneas a la etapa preliminar de este desaguisado, recordando que con fechas 6 y 23 de marzo de 2011, envié a los medios gráficos locales sendas notas cuestionando, en ambas, la contratación. La primera de ellas, con anterioridad a la consideración del proyecto por el Concejo Deliberante.
En esa ocasión cuestioné, entre otras cosas, la onerosidad del contrato: $ l75.000 mensuales, empleados municipales y provisión de maquinarias; la ubicación, “aguas arriba”, de las napas que proveen del líquido a la ciudad y si se produjeran filtraciones agregarían nuevos contaminantes: los precarios antecedentes de Girssa.
Ahora puedo agregar que su experiencia se limitaba a tres localidades de la provincia de Entre Ríos, de 545, 3400 y 5000 habitantes (disposición de residuos de criaderos de pollos); su capital social ($ 20.000); su falta de inscripción en el Registro de Tecnología de Residuos Sólidos y lo que consideré que quitaba transparencia al contrato, el absoluto silencio sobre lo producido por el procesamiento de la basura, ya que para muchos municipios, Lincoln, por ejemplo, son una fuente de ingresos.
El 15 de marzo de 2011 se reúne el Concejo Deliberante de Junín, bajo la presidencia de su titular, Pablo Petraglia, en sesión extraordinaria, y no obstante las fuertes y fundamentadas objeciones de los ediles de la oposición, Rodolfo Pedernera (MID), José María Banfi (Coalición Cívica), el bloque oficialista, a los que se sumaron dos ediles justicialistas, convirtió en ordenanza el proyecto, registrado bajo el Nº 5889.
Me pregunto: ¿Los señores concejales, al votar afirmativamente el proyecto, estaban convencidos, pese a la argumentación opositora, que éste representaba la solución para el problema de los residuos en Junín? ¿O como autómatas aprueban todo lo que propone el Ejecutivo municipal?
 Pienso que existe también en política la figura del “objetor de conciencia”. Se me ocurre que debe tratarse de una especie en extinción. El ejemplo que viene a mi memoria es el del entonces vicepresidente de la Nación Julio Cobos, cuando votó en contra de la Resolución 125.
Asimismo, cabe destacar que tanto el Sr. Meoni, el director de Medio Ambiente y los concejales que apoyaron la contratación, se tomaron su tiempo para rescindir el  contrato con Girssa ¿De vez en cuando, nadie en más de tres años, se daba una vuelta, a ver cómo marchaban los trabajos?
Concluyo, reflexionando, que ha trascendido por los medios que el Sr. Meoni, en las elecciones venideras, se postularía nuevamente para el cargo por su nuevo partido (quizá no el definitivo).
Alguien, que tenga la posibilidad de una audiencia con el Papa Francisco, podría pedirle que ruegue por nosotros.