Cada vez más mujeres eligen el parto humanizado como modalidad, ya que puede reducir las cesáreas innecesarias en más de un 30 por ciento.
Esta modalidad de parto respetado, tiene varias décadas y ya existen profesionales y centros de salud especializados que la ofrecen.
“Quiero que mi marido me ayude en el trabajo de parto”, “me gustaría dar a luz con música”, “quiero intentar un parto natural aunque haya tenido una cesárea”, son algunas de las frases que identifican a las mujeres que buscan un parto humanizado.
Diego Halle, obstetra y director de Comparto, el primer centro especializado en parto humanizado, explicó que “hace más de ocho años” comenzó a especializarme en partos humanizados”.
“Mi búsqueda empezó luego de haber trabajado en el sistema tradicional y entender que éste resulta sumamente invasivo para las necesidades de los padres en un momento tan especial. Brindamos el acompañamiento necesario para que cada mujer viva el periodo de gestación, parto y puerperio con el mejor soporte médico, la contención emocional y humana necesarias”, explica Halle, uno de los referentes nacionales en la materia.
El obstetra destacó que “es muy difícil hacer obstetricia sin vínculos”. Una de las causas de esta tendencia que crece es el escaso tiempo que los médicos dedican a escuchar a sus pacientes. También la alta tasa de cesáreas influye a la hora de elegir un parto distinto, ya que las clínicas privadas realizan el doble de cesáreas que los hospitales públicos.
Según estadísticas del Ministerio de Salud, en el sector privado el 50% de los bebes nacen por cesárea, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que esa tasa no supere el 17 %.
“Además de contención, calidez humana, intimidad y la libertad para elegir, muchas mujeres buscan escaparle al exceso de cesárea. Este enfoque aumenta las posibilidades de tener un parto natural. En Comparto tenemos un promedio anual de partos por cesárea del 16%, que está dentro de las recomendaciones de la OMS y lejos del 50% de los centros privados de la Argentina. Además hemos tenido muchos partos naturales de mujeres con una cesárea anterior”, afirmó Halle.
En 2003, la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires sancionó la Ley 1.040 de “Acompañamiento materno”, que indica que “toda mujer tiene derecho, en el transcurso del trabajo de parto a estar acompañada por la persona que ella designe” y que “se deberán implementar las medidas necesarias para capacitar al personal, adecuar los recursos físicos y la estructura organizativa a esta modalidad”.
Por su parte, en 2004 el Congreso Nacional sancionó la Ley 25.929 de Parto Humanizado, que establece que la madre debe ser informada sobre las distintas intervenciones que pudieran tener lugar durante el parto y optar libremente cuando existan diferentes alternativas, tener intimidad durante todo el proceso asistencial y consideración de sus pautas culturales y evitar prácticas invasivas y el suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer, entre otras consideraciones.
Las dos leyes están en sintonía con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señalan que durante los partos se debe animar a las madres a decidir en qué posición quieren parir, si quieren o no recibir anestesia y fomentar que el recién nacido permanezca con los padres cuando así lo permita el estado de ambos.
“El parto humanizado no sólo implica respetar los derechos de la mujer sino que además requiere de la sensibilidad y empatía del equipo médico para interpretar y dar respuesta las necesidades y miedos de cada pareja”, concluyó Halle.
VIDA SANA
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