TENDENCIAS

La amabilidad de los nerds

El estado del arte tecnológico nos machaca con los detalles de las carreras brillantes de jóvenes audaces que exclusivamente en el mítico Silicon Valley pueden producir la alquimia de sensibilidad artística y rigor técnico que hoy domina los sistemas de atención del tercio del Globo conectado a Internet.
Conocemos de memoria los ejemplos de vida de las biografías de Steve de Apple, Bill de Microsoft, Mark de Facebook, Sergei y Larry de Google, los adolescentes hipertalentosos de Twitter y los nuevos que se suman cada año al relato épico de jóvenes genios multimillonarios que no cesan de innovar para mostrarnos la última novedad de pasado mañana, de la misma manera que hace veinte años, en la era broadcast, el star system escupía cíclicamente un Michael Jackson por temporada.
Cambian los gobiernos, quedan los artistas y los lobbistas... y las maquinarias que los reproducen. Cambia la tecnología, sus usos y costumbres, pero la misma intención precede las innovaciones: vender mercancías en la mayor cantidad de mercados posibles; o sea, ofrecer un modo de vida, una cultura pop para sostenerse; un tótem donde rascarse, un sistema simbólico más o menos ordenado con el que cubrirse; en definitiva, otro cambio de vestuario más con que el marketing se traviste para vender productos en piel de cultura.
La autoestima de las regiones del mundo que viven lejos de la Costa Oeste americana se escurre por el piso cuando piensa en sus posibilidades concretas de resistir a este dominio total de los grandes del software.
¿Cómo competir con los mayores talentos del planeta y sus posibilidades? Su audacia y el cereal con el que desayunan en las mejores universidades del mundo les permiten resolver problemas intrincados con el buen gusto y el sentido de oportunidad que justo el usuario promedio mundial necesita... n


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