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Un equipo de científicos del Conicet, dirigido por el doctor José Mordoh y con financiamiento de la Fundación Sales, desarrolló una vacuna terapéutica antimelanoma, el tipo de cáncer de piel más frecuente y de mayor aumento que cualquier otro en el mundo.
El estudio está en su última etapa y se busca acelerar la inclusión de nuevos pacientes. “Si se comprueba que una vacuna terapéutica tiene resultados beneficiosos para los pacientes, la comunidad médica tendrá nuevas armas para luchar contra la enfermedad, sobre todo en los casos en que la cirugía no puede ser curativa o en pacientes operados, pero con alto riesgo de recurrencia”, comenta el doctor Eduardo Cazap, otro reconocido médico argentino que presidió la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) en Ginebra.
Esta vacuna es de carácter terapéutico, es decir que si una persona tiene melanoma cutáneo y es operada para extirparlo, se le aplica para evitar que vuelva a producirse. “En caso de ser eficaz deberían emplear varias dosis de vacuna durante no menos de dos años para lograr una inmunización correcta y sostenida en el tiempo -dice el doctor Mordoh-. En este momento no estamos considerando su uso preventivo, aunque la posibilidad no se descarta para un futuro.”
En la Fase I de la investigación, aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) en 2002, se probó que el agregado de una sustancia inmunoestimulante aumentaba la eficacia de la vacuna. En esta última fase, que comenzó en 2009 también a partir de la aprobación de la Anmat, ya se han evaluado a cincuenta personas e ingresado al estudio a 27. El objetivo es comparar en un total de 108 pacientes la nueva vacuna con el Interferon alfa, la medicina habitual utilizada contra el melanoma. Si la vacuna es más eficaz, se aprobará su uso. 

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