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ECONOMÍA

El escenario económico, entre dudas y tensiones

Si bien algunos analistas pronosticaban el 2014 como un año difícil en lo económico y con ciertas tensiones en lo social, ya comenzaron a mostrarse los primeros cortocircuitos.
Otro año más donde nos encontramos con la misma foto de los meses de marzo de los últimos años, como si fueran ¨figurita repetida¨. Lamentablemente, ya se ha vuelto una costumbre y mucha gente lo toma como normal, el hecho de que en marzo no comiencen las clases.
La discusión de las paritarias sindicales, si bien han sido un logro de este gobierno en cuanto al avance de los trabajadores en la recomposición salarial y su acompañamiento a la par o en algunos casos superiores a la inflación real, se han vuelto un obstáculo en esta oportunidad. Por un lado, los alumnos rehenes de la desidia sindical y por el otro un reclamo justo por bajos sueldos.
La respuesta a este nivel de conflictividad se resume en una sola palabra: inflación. Con los niveles de inflación actuales y los que se proyectan, queda más que claro que el ajuste lo van a pagar los trabajadores y no el Gobierno

Medidas ortodoxas


No se puede tapar el hecho de que, en los últimos meses, se han llevado a cabo ajustes ortodoxos. Comenzaron con el incremento de tasa de interés; los plazos fijos se volvieron más atractivos y se encareció el crédito en general. De esta manera los pesos que están circulando en la economía se van a volcar al sistema financiero. Nada muy distinto de la ¨bicicleta financiera¨ de otros años en la Argentina.
La restricción de los créditos por el fuerte incremento en la tasa de interés (que van desde préstamos personales, pasando por los hipotecarios y llegando a los créditos para empresas), se sumó a la fuerte esterilización de los pesos y a la acción del Banco Central, que obligó a los bancos comerciales a desarmar sus posiciones de carteras con instrumentos dolarizados. Todo eso permitió una fuerte baja del dólar blue. Como siempre en estos casos, la pregunta es hasta cuándo continuará bajando el dólar blue. En economía nunca hay una respuesta exacta, pero de algo podemos estar seguros: con niveles de 30%/35% de inflación no cabe duda de que la demanda de dólares se va a incrementar.
Como consecuencia de las medidas de ajuste ortodoxo, el Gobierno “heterodoxo” logró su objetivo: la baja del dólar blue. Si el conjunto de medidas de la economía son consistentes en el tiempo se logrará una baja prolongada. Pero si se continúa con las medidas actuales y sumado a esto los “parches” económicos recientes, sólo quedará como un dato anecdótico la baja del dólar blue.
Acostumbrados al tiempo donde se podía pagar todo con tarjeta de créditos e incluso en varias cuotas, esa alternativa será sólo una anécdota de una década basada en el consumo y en los subsidios. Ya comenzaron los primeros cimbronazos por las medidas de ajuste de tinte ortodoxo. En varios locales comerciales comienzan a aparecer los carteles con la leyenda: “no se aceptan tarjetas de crédito”. Esto principalmente se debe al incremento en la tasa de interés, a la baja en las ventas y al incremento de los costos que están sufriendo las distintas actividades económicas, donde se debe “afinar” el lápiz para poder sobrevivir.

Más presión impositiva

Como un parche adicional, tanto para recaudar como para reducir la sangría de dólares, se implementaron impuestos sobre las motocicletas y automóviles. El impuesto sobre los primeros redujo su venta inmediatamente en un 30% poniendo en riesgo fuentes de trabajo de toda la cadena productiva. Con respecto a los automóviles de alta gama sufrieron un impuesto extra que los convierte en los más caros de la región. Aproximadamente un 68% de su valor representa impuestos. Está más que claro que el sector de concesionarios de automóviles está pidiendo a gritos una reunión para buscar una solución a este impedimento unilateral de gravar este sector de la economía.  Se mostraron señales claras de incrementos de tarifas al permitir aumentos del 66% del transporte público y en un 50% en los peajes de rutas nacionales. Trunco quedó el registro para quienes no deseen recibir subsidios en los distintos servicios públicos. Será necesario eliminar, al menos en parte, los subsidios para hacer frente al déficit fiscal. Desde ya que si esta medida se hubiese hecho progresivamente desde algún tiempo atrás, su impacto en los bolsillos de los argentinos habría sido menor al que se sufrirá ahora, en un solo año y de un sacudón.


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