OPINIÓN

Homenaje al Programa de Avellaneda

No quisiera pasar por alto la descalificación que ha hecho Oscar Aguad del Programa de Avellaneda de la Unión Cívica Radical. Lo hago con el respeto que me merece su persona y su derecho a expresar sus opiniones.
Ese histórico programa fue el que devolvió a la UCR el sentido de su propia existencia.
Rindo mi homenaje a ese documento fundamental de la historia partidaria, reproduciendo dos de los párrafos de la declaración aprobada en la ciudad  de Avellaneda el 4 de abril de 1945.
 “La Unión Cívica Radical es la expresión histórica tangible, que desde fines del siglo pasado (siglo XIX) reencarnó los ideales de la argentinidad, que tuvieron su primera y efectiva formulación en la revolución de 1810. La doctrina del radicalismo, pues, no fue fruto de elaboraciones teóricas, sino la resultante de una larga y dolorosa lucha para instaurar una democracia política, económica y social. Todo esto explica por qué el radicalismo no necesita improvisar un programa y una conducta frente a los interrogantes del mundo y del país.”
“Hemos hablado de la realización del programa del radicalismo que es el programa de la ciudadanía Argentina. Pero el cumplimiento de cualquier propósito constructivo tiene exigencias inmediatas cuya consideración no se puede eludir. En el orden general, la desaparición de todas las barreras que se oponen a la normalización institucional y al establecimiento de las libertades, para que la ciudadanía pueda expresarse con todo su vigor, sin tutelas y sin diques artificiales: es decir, libertad de los presos políticos y sociales, levantamiento de la clausura de diarios, e inmediata derogación del estado de sitio y de toda disposición que impida el amplio ejercicio de los derechos constitucionales.”