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El cerebro humano, la gran caja negra

Con motivo de celebrase simultáneamente en diferentes países la “Semana del cerebro”, creo oportuno realizar algunos aportes sobre el funcionamiento del mismo desde una óptica sistémica, para comprender que si algo caracteriza al hombre y lo diferencia del resto de los seres vivos es su cerebro.
Nuestro cerebro no es una sumatoria de partes sino un todo estructurado de tal manera que cuando desarrolla alguna actividad actúa en conjunto. Conocer el funcionamiento de una neurona es un gran paso, indispensable y necesario, pero no es más que un paso ya que el funcionamiento del mismo depende de la actividad del conjunto.
Y en nuestro sistema nervioso se calcula que existen aproximadamente cien mil millones de neuronas, cada una de las cuales toma contacto a través de las sinapsis con otras diez mil en promedio, lo que posibilita la existencia de aproximadamente quince mil billones de sinapsis. Esto nos habla de la extrema complejidad y de las múltiples respuestas que puede generar el cerebro frente a las exigencias del entorno.

Neurociencia

La neurociencia es el estudio de la estructura, la función y el desarrollo del sistema nervioso y de cómo los diferentes elementos de este interactúan y dan origen a las diferentes respuestas o comportamientos.
A finales del XX y con el inicio del XXI la neurociencia produjo grandes avances para entender el funcionamiento del cerebro y gracias a los nuevos conocimientos logramos comprendernos a nosotros mismos. A partir de este nuevo enfoque se está logrando entender mejor nuestros “saberes” desde la psicología pasando por las diferentes ciencias hasta la economía, ya que todas y sin excepción tienen bases cerebrales.
Lo mismo ocurre con nuestros juicios y obligaciones morales, incluso con nuestros prejuicios e ilusiones, y en tal sentido, la neuroética desempeñaría el papel de árbitro desde el campo de la neurociencia.
En síntesis, conocer este tipo de conocimientos no sólo es útil por lo conocimientos en sí mismos, sino necesario e imprescindible para mejorar nuestra calidad de vida, lo que tiene repercusiones tangibles y visibles en áreas tan importantes como la sanidad, la educación y las diferentes relaciones entre las personas.

¿Qué nos hace humanos?

Somos seres humanos no por el corazón ni por los músculos, sino por el cerebro. A diferencia del resto de las especies, nuestro cerebro no sólo opera en red sino que tiene más interconectado sus diferentes sectores y eso es lo que nos hace humanos.
Para Eric R. Kandel, premio Nobel en el año 2000 “…Todo proceso mental, hasta los procesos psicológicos más complejos, son consecuencia de operaciones cerebrales…”
Nuestro cerebro se distingue del resto de los primates por el tamaño del lóbulo frontal que es donde ocurren y se procesan los aspectos más “humanos” de nuestras vidas. En el lóbulo frontal residen los circuitos que nos permiten planificar, decidir, crear, pensar abstractamente, entender qué le pasa al otro, la capacidad de contar quiénes somos y la que hace posible la comunicación. Es el punto crucial de la integración de la información racional y emocional.
Nuestro cerebro es plástico, mueren neuronas todo el tiempo y se remodelan las sinapsis, incluso en la vejez, cuando uno pensaba que ya todo estaba perdido. Su complejidad es producto de la interacción entre los humanos y somos quienes somos porque aprendimos a convivir en sociedad.
Las emociones juegan un rol vital en la vida de cada persona y los fenómenos sociales son cruciales en la dinámica cerebral. Podemos afirmar rotundamente que no hay nada que hagamos que esté desprovisto de emoción. Para la neurociencia la razón y la emoción están íntimamente interrelacionadas.
El sistema nervioso es el que tiene una distribución más amplia en todo el organismo después del aparato vascular sanguíneo, su continuidad y unidad anatómica le permite un flujo continuo de información de una parte a otra del organismo y en tal sentido actúa como unidad funcional en su conjunto y con el resto de los sistemas.

¿Cómo evaluamos la actividad del cerebro?

Existen en la actualidad múltiples procedimientos para poder evaluar las bases cerebrales del comportamiento humano. Entre ellos podemos mencionar los cambios producidos en pacientes que se encuentran expuestos a fármacos, analizando las consecuencias de las diferentes lesiones, midiendo la actividad eléctrica o utilizando métodos más sofisticados como son la resonancia magnética funcional, siendo esta última la que permitió los grandes avances en la interpretación del funcionamiento cerebral como una unidad sistémica.

El cerebro humano

El cerebro humano es el único con capacidad de abstracción, capaz de asimilar que hay un pasado, un presente y, sobre todo, un futuro incierto.
Gracias a eso, a reconocer las emociones, a nuestro nivel de autoconciencia y al miedo, que juegan un importante papel, somos los únicos seres vivos que podemos hacernos las siguientes preguntas:
-¿de dónde venimos?
-¿quiénes somos?
-¿hacia dónde vamos?
La evolución del cerebro ha sido conservadora y en este proceso evolutivo lo nuevo no ha eliminado lo viejo, sino que lo ha conservado, estableciendo relaciones anatómicas y funcionales prácticas y ventajosas. Este hecho es fundamental ya que nos permite adaptarnos a los constantes cambios que se producen en el entorno.

Conclusiones

Para terminar considero importante citar a la Dra. Carmen Paz Suárez Araujo quien sostiene que “… El cerebro es el órgano más complejo, espléndido y admirable de la naturaleza, así como el más enigmático. En él descansan el pensamiento, el comportamiento y el sentir del hombre. Incluso, dando un paso más allá, que es lo propio de un científico, se podría llegar a postular que también lo espiritual, pudiendo entonces estar en la línea de pensamiento que afirme que el alma está en el cerebro…”


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