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OPINIÓN

Es necesario tratar el consumo de droga como una cuestión de salud pública

En los últimos dos años el debate sobre las políticas de drogas se ha hecho mucho más activo e intenso.
Parece haber una actitud más abierta a entablar un diálogo acerca de las actuales políticas y, en algunos sectores, una disposición a experimentar enfoques no tradicionales hacia el tema.
Los intensos niveles de violencia asociados al narcotráfico son el principal factor de alarma que nos exige un mayor involucramiento, de manera más activa en este debate.
Un factor determinante de esta nueva actitud es el cambio en los patrones de consumo de drogas, la mayor prevalencia de este consumo, la violencia que afecta a los grupos más vulnerables de la sociedad y la demanda creciente de servicios de salud para el tratamiento de las adicciones.
La sociedad vive con dolor y preocupación el crecimiento del narcotráfico en nuestro país.
Y nuestra ciudad no es una isla: a diario atiendo a quienes se acercan con angustia ante este flagelo pidiendo ayuda. No deja de conmoverme acompañar a madres y padres que ya no saben qué hacer con sus hijos adictos, a quienes ven cada vez más cerca de la muerte.
Es saludable que vayan surgiendo declaraciones políticas, manifestaciones institucionales, comentarios académicos, proyectos legislativos y decisiones ejecutivas respecto al modo de responder al avance del narcotráfico.
A más de 30 años de su implementación quedó claro que la política de guerra a las drogas demostró ser un fracaso.
Debemos promover la adopción de políticas orientadas a reducir la importancia de la justicia penal en el control de las drogas, es necesario tratar el consumo como una cuestión de salud pública, de reducir el consumo con campañas de prevención.
La criminalización del usuario de drogas es la simiente de la que emergen todos los nichos de corrupción fomentados por el narcotráfico.

Distintas causas

También hay que incorporar la participación de la sociedad civil en la definición de las políticas.
No existe una relación unívoca entre el problema de las drogas y la situación de inseguridad en que viven muchos ciudadanos.
La delincuencia organizada y, especialmente el narcotráfico, suelen ser utilizados para explicar la inseguridad, pero las dinámicas locales son mucho más diversas; incluso muchas se originan y se manifiestan en el ámbito local.
Desde la Municipalidad de Junín se vienen dando distintos espacios de intervención, de los cuales, el programa “Oportunidades para jóvenes” es clave como herramienta para que los jóvenes elaboren un proyecto productivo, que tengan una idea clara de qué hacer con su vida.
Es evidente que falta un largo trecho por recorrer, que se han logrado muy pocos avances, y más de una vez, la frustración nos invade.
No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes.
Construyamos un escenario de lo que es posible. Como dice nuestro Papa Francisco, trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna.


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