ECONOMIA

Cuando se fue el FMI, vino el FMK

La noticia del 7 de enero fue muy mala y salió de fuentes del propio Gobierno: enviarían al Congreso un proyecto de ley para que en el impuesto a los “bienes personales” se calcularan los inmuebles a precio de mercado y no al valor fiscal. Luego el mismo gobierno lo desmentiría, pero, sí enviarían reformas para el período extraordinario. 

Con estas ideas junto a las que ya vienen aplicando, han empequeñecido a aquellos ajustes recesivos que recomendaba el Fondo Monetario Internacional en la década de 1980. Luego de estos 10 años fundacionales pasamos ahora a vivir una nueva etapa. Olvidamos al FMI para fundar la versión nacional: el FMK. 

En las décadas anteriores debíamos recurrir al organismo financiero por los problemas del sector externo de nuestra economía. Entre 1983 y 1992 los mercados estaban cerrados para América latina ante la falta de un acuerdo a la llamada “crisis de la deuda externa” que explotó en abril de 1982 cuando México anunció al mundo que no podía pagar los servicios de su deuda externa. 

A partir de ese momento, las canillas se cerraron y se acabó el ingreso de dólares del sector privado (vía préstamos e inversiones). Desde entonces, con tasas en aumento, los servicios de la deuda externa -sin ingreso de divisas- se hacían insostenibles de pagar. Consecuentemente, caíamos en déficit de cuenta corriente y por eso debíamos recurrir al FMI para financiarlo. La condición que se imponía era aplicar determinadas medidas de ajuste fiscal para bajar el gasto público. Desde entonces vivimos largo tiempo con los “planes de ajuste”. En 1992 la Argentina ingresa al Plan Brady de renegociación y desde allí volveríamos a los mercados financieros (con la desgracia que la política del menemismo representó). 


Cuando llueven dólares... En otro lado


En la última década, las condiciones internacionales fueron diferentes: llovían los dólares que en el mundo aún hoy sobran. Pero, lógicamente, van donde exista seguridad y cierta consistencia en las políticas del país. Ojo, no se reclama mucho. Aún en la Bolivia de Evo Morales las inversiones llegan y los dólares fluyen. Tampoco se necesita ser una potencia para recibirlos, a Uruguay llegan también sin problemas. No se trata de si los gobiernos son de izquierda o conservadores, sino de tener una política -no sólo económica- que resulte consistente. Y aclaremos que hablamos de dólares dispuestos a financiar inversión a tasa baja, no los préstamos especulativos de los años 90. 

Por lo tanto, contrariamente a la década del 80 y aún en los 90 (allí el FMI planteaba un tipo de ajuste para liberar y desregular los mercados), el kirchnerismo vive en el paraíso de los contextos internacionales para la Región. Basta mirar los positivos indicadores económicos del resto de los países latinoamericanos y más aún de nuestros vecinos de frontera. 

Entonces, ¿por qué el gobierno de Cristina Kirchner está permanentemente aplicando un “ajuste económico”? Veamos cómo las medidas del Gobierno representan un “ajuste” más severo para la población que las medidas recomendadas por el FMI en los 80: 


Comparando ajustes


1 Como entonces, la inflación es creciente: particularmente desde 2007 se presenta como impuesto inflacionario al trasladar al salario de las personas el ajuste necesario por el mayor gasto del Estado, descontrolado desde 2013. 

2 Las personas de clase media, más arriba y más abajo, pagan impuestos que jamás les fueron aplicados en las políticas de ajuste del FMI: impuesto a las Ganancias sobre los salarios de los trabajadores; a los bienes personales sin ajustes por inflación, lo que lleva a que con un pequeño patrimonio personas sin muchos ingresos deban pagarlo; sobre los precios para el caso de compra de divisas (35%) no sólo para ir a Miami, sino a Uruguay, Paraguay o Brasil (Mercosur) lo que implica una devaluación encubierta; impuestos adicionales a la compra de automóviles. 

3 Sumado a la presión fiscal de la Nación, las provincias continúan aumentando los impuestos con cuotas adicionales, especiales o anticipos sobre los existentes (Inmobiliario e Ingresos Brutos). 

4 Debemos agregar que pese a la década ganada, aún en el período 2003-2007 con alto crecimiento de la economía y de recursos que fluían a las arcas del Estado (por ese crecimiento), el Gobierno mantuvo el IVA en el 21 %. 

Todos estos impuestos se suman sobre una misma persona y grupos familiares, no sustituyen unos a otros. 


El valor de los contextos


La particularidad de esta comparación está dada en los “contextos”. La década de 1980 fue reconocida para toda América latina como la “década perdida”, fruto del contexto internacional. Ni Alfonsín, ni David Copperfield, ni Einstein podían revertir esa crisis. Aquellos “ajustes” recomendados por el FMI eran aplicados en el contexto de una crisis internacional que duró 10 años. En cambio el kirchnerismo vivió un contexto internacional sin antecedentes por lo favorable. Pese a ello vivimos políticas de ajuste de ingresos peores que las recomendadas por el FMI en los 80 y con el agravante de que, de todo el dinero que absorbe el Gobierno, no se advierte inversión en infraestructura (energía, rutas, comunicaciones, etc.). Tampoco en el plano social se observa inversión en servicios y por eso la calidad de vida cae pese a los datos manipulados por el Indec. Esta pérdida en las condiciones de vida de la sociedad está presente en la marginalidad del delito y la droga que asuela todos los barrios de todas las ciudades. La cantidad de villas se duplicó, mostrando un dato difícil de disfrazar como mejora en el desarrollo económico. Generaciones que aún hoy pasados 10 años de gobierno ni trabajan ni estudian. Cae la producción de trigo y de ganado vacuno, aumentan los combustibles, y como resultado los alimentos aumentan más que el resto de los precios afectando a los sectores más pobres. 

La inflación, la caída de la inversión, la fuga de capitales, el aumento exponencial de los impuestos, el déficit energético en electricidad -gas y petróleo- (antes exportábamos y nos autoabastecíamos); son problemas que en América Latina están monopolizados por la Argentina. Ninguno de nuestros vecinos los tienen. Tal vez será porque ellos se sacaron de encima al FMI, mientras nosotros sólo lo reemplazamos por el FMK.n 


(*) Abogado, profesor Economía Política, Facultad de Derecho, UNLP. Presidente de la Fundación Ciencia + Democracia (www.ciencia-democracia.org) 

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