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ANÁLISIS

El 2013, con sabor agridulce para el campo

El 2013 dejó un sabor agridulce en el sector agropecuario del país a pesar de que sus productos representan casi el 60 por ciento de las exportaciones argentinas y el 45 por ciento de la recaudación impositiva. 

Este año hubo un cambio de autoridades: Norberto Yauhar luego de su fuerte derrota electoral en Chubut abandonó el Ministerio de Agricultura para dar lugar al hasta entonces titular del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Carlos Casamiquela. 

El nuevo ministro de Agricultura a pesar de su conocimiento del campo por el momento repite el esquema de su antecesor y no planea (o no le permiten) recibir a los integrantes de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias porque según aduce ese gremialismo no es representativo en su totalidad. 

Por lo tanto, se entrevista -como Yauhar- con las cadenas de valor, cooperativas, asociaciones y realiza una partición del agro con reparto de aportes a sectores que en general suelen ser afines al Gobierno. 

Ante la falta de respuesta positiva por parte de Casamiquela, Carlos Garetto (Coninagro), Eduardo Buzzi (FAA), Rubén Ferrero (CRA) y Luis Miguel Etchevehere pidieron una audiencia con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. 

El director Ejecutivo de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Alfredo Rodes definió a Noticias Argentinas el 2013 como un “año marcado por el no diálogo” sobre todo en “lo nacional” porque en el ámbito bonaerense, se revirtió en las postrimerías cuando Scioli recibió a la Mesa de Enlace provincial. 

En Buenos Aires, la provincia agropecuaria más grande del país,hubo cambio de figuras, ya que Gustavo Arrieta dejó la titularidad del Ministerio de Asuntos Agrarios y en su lugar desembarcó Alejandro “Topo” Rodríguez, quien afirmó que se tomarán tres meses para discutir, junto con las entidades del campo, la posible actualización del impuesto inmobiliario rural, otro de los “ajustes” que agobian al productor en distintos territorios provinciales. 

Para Rodes en 2013 se “revelaron muchas realidades que el sector político no quería ver” y se “esperan en consecuencia cambios en las decisiones ya que la llegada de nuevas autoridades debería permitir el ingreso al 2014 con nuevas perspectivas”. 

En tanto, diciembre de 2013 se transformó en el primero en varias décadas en el que no se pudo exportar trigo con Brasil a la espera del cereal argentino”. 

A pesar de que el mismo Gobierno aumentó las estimaciones de producción de trigo de la campaña, que está en plena cosecha a nueve millones de toneladas, un incremento del 5,8 por ciento respecto de la anterior previsión de 8,5 millones, no libera los ROEs verdes, permisos de embarque para la exportación del cereal.

El año comienza con un énfasis enfocado en el aspecto climático ya que se necesitan lluvias porque los milímetros no alcanzan para sostener algunos cultivos y las olas de calor también retrasan el crecimiento de las plantas. 

La Comisión de Enlace finalizó el año sin marchas ni presiones, al contrario presentó un trabajo realizado con CREA, consorcios Regionales de Experimentación Agrícola, sobre “el potencial del campo para el desarrollo de la Argentina” que prevé la producción de 160 millones de toneladas de granos para el 2020, si se dan las políticas públicas adecuadas.

“En carnes son más de 4 millones de toneladas (para dentro de seis años) y la potencialidad está, la red agropecuaria de Pymes se encuentra lista para dar ese salto”, enfatizó a NA Ricardo Negri, director del estudio. 

Sostuvo que el “valor bruto de la producción (del agro) que hoy es del orden de los 71 mil millones de dólares puede ir a 87 mil millones de dólares más, es decir 16 mil millones de dólares más y si todo sale bien serían 30 mil millones de dólares más”, para el 2020. 

El técnico reiteró que para que ese futuro se concrete es necesario la participación del Gobierno que suele tomar decisiones que retrasan el crecimiento, según los ruralistas. 

Las sucesivas intervenciones en los mercados provocaron que por sexta vez consecutiva la Cuota Hilton (envío de cortes bovinos premium a Europa) no se cumpla y Casamiquela aseguró que “cumplir” es “un problema de estrategia comercial de la Argentina” y hay que revertirlo. 

Por otra parte reconoció que se debe recuperar la cría de animales pesados ya que se faena liviano y habría que comenzar a pasar de los 400 kilos. 

Para el nuevo ministro debería volverse a la ecuación 80-20, consumir el 80% de la carne que se produce y exportar el 20 por ciento. Los diagnósticos están a la orden del día, pero faltan macro políticas para dar un vuelco que garantice la competitividad y rentabilidad en el sector agropecuario. 

Mientras tanto se aguarda una nueva siembra de soja récord ya que la Bolsa de Cereales porteña prevé 20.20 millones de hectáreas lo que equivale al 2,5 % por encima de la campaña previa en las que se sembraron 19,7 millones de hectáreas.

Hasta el momento se avanzó por encima del 80 por ciento del área prevista con más de 17 millones de hectáreas implantadas de soja, lo cual no significa que vaya a ser récord en volumen porque eso depende de las condiciones climáticas, entre diversos factores. 

Otro de los temas que obligó a una corrección oficial fue el caso del biodiésel argentino que perdió el mercado español y sufrió las medidas antidumping de Europa, por lo tanto el Gobierno aumentó el corte obligatorio del gasoil con este biocombustible del 8% actual al 10% a partir del 1 de enero de 2014. También dispuso la obligatoriedad de que las centrales termoeléctricas argentinas utilicen gasoil con este corte. 

Por lo tanto, en 2014 se producirá la colocación adicional de 450.000 toneladas de biodiésel en el mercado local de combustibles, pero las exportaciones estarán sedientas de nuevos mercados con la mirada puesta en Estados Unidos para subsanar en parte la pérdida de compras europeas. 

Los dirigentes del agro quieren hablar con Capitanich, entre otros temas sobre las economías regionales, ya que la citricultura, la fruticultura, la producción de olivos, la vitivinicultura se encuentran en problemas por la situación cambiaria, entre otras presiones. 

Los ruralistas opinaron por escrito que el campo es “parte de la solución” para el crecimiento del país en un balance de la situación que tiene más deudas que haberes, pero no pierden la esperanza de que los productores puedan obtener la tan ansiada rentabilidad.

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