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ECONOMÍA

Frente a las urgencias ¿algo nuevo?

El modelo económico impulsado desde la Presidencia de Néstor Kirchner se basó a comienzos de 2003 en cuatro pilares fundamentales: tipo de cambio competitivo, capacidad productiva ociosa, subsidio a servicios públicos y acumulación de reservas
Cualquier comparación con respecto a la crisis del 2001 no es correcta realizarla porque ese tipo de crisis son esporádicas y no recurrentes. No imagino a Barack Obama comparando su gestión económica con respecto a la de Franklin Roosevelt, el presidente de Estados Unidos durante la crisis del ´30.
Se tornaría mucho más interesante la comparación de crisis del 2001 con respecto a la crisis hiperinflacionaria de 1989, donde en ambos casos se dieron desmanejos macroeconómicos, principalmente generados por mayores egresos que ingresos de las arcas del estado y un muy bajo poder de fuego ya que contaban en ambos casos con muy pocas reservas.

Contexto general

El gran crecimiento entre 2003 y 2008 se dio básicamente por la condición externa, casi inédita en la historia argentina: precios de commodities altos, extremadamente altos! Como nunca se vio un incremento tan importante en el precio de los commodities, principalmente originados luego de la crisis punto com de EE.UU., donde por el año 2001 la Reserva Federal realizó una importante emisión de billetes para que el mundo no caiga en recesión.
Algo similar a lo que intentó realizar Bernanke luego de la crisis Subprime 2008-2009, con estatizaciones de empresas mundialmente conocidas, en contra de la idea de la libre empresa que promueve el sueño americano.
Todos los dólares, recibidos primordialmente por la primarización de la economía argentina, se volcaron al consumo interno y mezclados por los cuatro pilares fundamentales de la política económica kirchnerista, desembocaron en un crecimiento “a tasas chinas”, aunque insostenibles a largo plazo.

Dólares escasos

Por el 2009, afectado por la crisis mundial, comenzaron a escasear dólares para mantener los niveles históricos de consumo. Primero se estatizaron las AFJP, una medida que algunos fervientes oficialistas consideraron una acertada decisión política y otros escépticos un lugar más para obtener financiamiento a través del ANSES.
Luego se quiso implementar la resolución 125 sobre las retenciones al sector agrícola, un síntoma adicional de fuente de financiamiento aunque sus detractores aclamaban por la distribución de la riqueza sojera.
Más tarde se modificó la carta orgánica del Banco Central, permitiendo que el BCRA financiara los gastos de Tesorería y no cumpliera su función primordial: mantener el valor del dinero en el tiempo.
La acumulación de reservas permitió no caer en la trampa del estrangulamiento del sector externo, característica común de países emergentes, donde al variar sensiblemente el precio del commodity que exportan pone en jaque sus economías.
Algunos usaron el argumento de desendeudamiento para no depender del imperialismo internacional, mientras que otros vieron un guiño para los mercados internacionales dada la necesidad de inversión extranjera, mediante el ingreso de dólares frescos.

Factor inflacionario


Con una inflación creciente, el tipo de cambio se volvió menos competitivo afectando particularmente las economías regionales. Se instauró el cepo cambiario, como una medida transitoria para evitar la pérdida de reservas, algo que terminó siendo permanente.
Es increíble pensar en la redistribución del ingreso en Argentina, cuando con el precio del dólar al tipo de cambio oficial, cuesta casi lo mismo comprar un automóvil de alta gama alemán que en su país de origen. Todos nos encontramos subsidiando la mano de obra metalmecánica alemana.
Los países de la región, como Perú, Colombia, Brasil, Chile y Uruguay tuvieron que implementar un impuesto para que los dólares del mundo no aprecien su tipo de cambio. Al revés, por estas pampas se ponen restricciones para que no salgan.
Con el blanqueo de capitales se intentaron captar fondos frescos, pero luego de un tiempo no llegó ni al 10% de lo que se esperaba. Obviamente, una señal más sobre la inconsistencia de la política económica.
El acuerdo de precios trató de contener la inflación, pero no llegó a su fin. Con niveles cercanos al 25%, Argentina se encuentra dentro de los países con mayores niveles de inflación en el mundo.

Tarifas y Club de París

Con respecto a los servicios públicos, las tarifas permanecen casi congeladas, es decir, los ingresos de los prestadores de servicios públicos son similares a los de hace 10 años, mientras que los costos se han ido incrementando, bis a bis con la inflación. Algo paradigmático: el precio de un chocolate es más alto que el de un boleto en un micro de corta distancia.
El próximo paso será el Club de París, donde existe alguna señal de pagar lo adeudado para poder volver al ruedo internacional de esa manera, para poder recuperar los dólares que se han estado yendo, a razón de millones de dólares mensuales.
Creo que aunque se cambien los personajes, en pos de renovar el estilo de conducción económica, existe una incertidumbre con respecto a la inconsistencia intertemporal de las políticas económicas. Aún no han habido anuncios referidos al principal problema económico que nos afecta a todos los argentinos: la inflación.

 

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