None
ECONOMÍA

Octubre también será una bisagra económica

Los comicios de octubre serán una bisagra que abrirá otro escenario. Pero no hablamos de la política, sino de la economía.
Hasta el momento, el mensaje que baja desde la Casa Rosada y que repite la presidenta Cristina Kirchner en cada auditorio que puede, es el de aferrarse a la ausencia de cambio de rumbo y anunciar que el camino es la profundización del modelo iniciado diez años atrás.

No hay otra opción.

"De todas maneras, la realidad económica también impondrá sus condiciones, y no parece que otorgará mucho más tiempo que el del calendario electoral".
¿Esto es sólo por razones electorales? ¿O en las entrañas de poder alumbra algún giro? ¿Habrá primavera para la gestión económica, o los pimpollos se marchitarán?
El discurso cerrado de la Presidenta tiene un aspecto central: que no habrá devaluación brusca, y que esa es una presión de las corporaciones a la que ella no accederá.
También está en juego otro símbolo: el de Guillermo Moreno, ahora procesado por la Justicia. El secretario de Comercio cristaliza todos los males del modelo K, según apuntan desde distintos sectores, pero su desplazamiento es resistido por la Presidenta.

Enemistades

Las enemistades sumadas por el funcionario se han expandido con fuerza en las últimas semanas, en especial dentro del propio campo kirchnerista. Esa es la novedad.
La oposición ha identificado en Moreno sus ataques a la gestión económica, pero esa percepción es compartida luego de las PASO por una gran mayoría de los gobernadores peronistas y los intendentes bonaerenses, incluso los de la tercera sección electoral, el núcleo del sustento electoral K en la Provincia.
En el gabinete de ministros y el equipo de funcionarios económicos, Moreno suma detractores cada vez más decididos.
Tras su procesamiento por el juez Bonadío, apenas recibió respaldo del ministro de Justicia, Julio Alak.
Resta conocer hasta dónde Cristina Kirchner está dispuesta a sostener a Moreno.
La declinación de su poder o su separación del gabinete parece una cuestión de tiempo y oportunidad.
Aunque también habría que considerar otras opciones.

¿Cederá?

Quizás la Presidenta considere que el relevo de Moreno sea equivalente a ceder sobre su cerrada defensa del modelo y que ese funcionario representa la pureza de la gestión K.
¿Querrá que lo acompañe contra viento y marea?
El tiempo dará la respuesta. De todas maneras, la realidad económica también impondrá sus condiciones, y no parece que otorgará mucho más tiempos que el del calendario electoral, hacia fines de octubre.
En el ámbito de los negocios, entre los economistas y buena parte del arco político se debate con más libertad los escenarios de crisis que se avecinan luego del revés electoral que se descuenta en las legislativas de octubre.
El primero de esos escenarios es que de mantenerse el actual curso de gestión económica el desenlace es inevitable: creciente desequilibrio en las cuentas fiscales, inflación en aceleración, intensificación de las presiones cambiarias y recaída en el nivel de actividad.

Enfriamiento

Los datos de encuestas privadas (IGA-OJF) indican que la economía está en vías de enfriamiento.
En agosto se habría contraído 0,7% y la producción industrial en 0,1%.
Y pese a este enfriamiento la inflación se mantuvo en un andarivel muy alto de 2% a 2,5%, según las estimaciones privadas.
“De todas maneras, la realidad económica también impondrá sus condiciones, y no parece que otorgará mucho más tiempo que el del calendario electoral”
En la intimidad del gabinete económico oficial se ventilan reproches y malos augurios sobre el futuro.
Los reproches tienen como blanco a Moreno y los augurios se refieren a los pronósticos para el año próximo que, con algo de optimismo, apenas rozan un crecimiento del 2%.

¿Y el dólar?


También está en discusión qué hacer con el dólar. El actual rumbo, de acelerar el ritmo de devaluación con más emisión, solo lleva a niveles de inflación más alto y a profundizar la brecha cambiaria.
Las quejas comerciales de otros países por las prácticas de Moreno también están llegando a un límite: Brasil es el mejor ejemplo.
Más temprano que tarde, las urgencias y las correcciones a la gestión económica exigirán de Cristina Kirchner alguna decisión. Como en la política, el voto popular pondrá más presión sobre la gestión oficial.

COMENTARIOS