ECONOMÍA

El Gobierno en guardia por alza del dólar

En medio de evaluaciones políticas sobre la presunta existencia de un intento de “golpe financiero”, el Gobierno nacional comenzó a diseñar una serie de medidas de corto y mediano plazo para intentar contener el “dólar blue” y achicar la brecha que lo separa de la cotización oficial de la divisa norteamericana.
Sólo la filtración de estas medidas, que el Gobierno analiza en medio de un fuerte hermetismo y que empezaron a ser debatidas al regreso de la presidenta Cristina Kirchner del Vaticano, logró frenar la escapada del dólar paralelo, que llegó a bajar 25 centavos respecto de la inquietante trepada del miércoles.
En el corto plazo, el Gabinete económico -que inusualmente sesionó en la quinta de Olivos- prevé la intensificación de los controles sobre el mercado financiero, porque considera que el “blue” está fogoneado por sectores especulativos que no manejan más que 30 millones de dólares durante cada jornada.
El funcionario que más rápido entró en acción fue el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien levantó el teléfono para pedirles a los principales empresarios del mercado financiero que bajen el dólar paralelo a $8,50. Además, les advirtió “que las cuevas se mantengan al margen el lunes y martes” próximos.
El Gabinete económico -que inusualmente sesionó en la quinta de Olivos- prevé la intensificación de los controles sobre el mercado financiero
La frase del secretario de Comercio alentó especulaciones sobre posibles anuncios oficiales para la semana que viene. En este punto existen discrepancias entre las autoridades del área económica, como la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.
De hecho, este jueves Echegaray respondió de forma lacónica que la AFIP “se dedica a la política tributaria y no cambiaria”, cuando lo consultaron sobre los problemas con el dólar. El anuncio del organismo recaudador sobre el recargo a las compras con tarjetas de crédito en el exterior había provocado la disparada del “blue”.
Ante fuertes cuestionamientos de economistas de renombre como Roberto Lavagna o Martín Redrado, el Gobierno también habilitó como vocero al gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, quien denunció “ataques especulativos y sistemáticos”. Y advirtió que el único precio a tener en cuenta es el del dólar oficial.

Medidas de fondo

Pese a la retórica kirchnerista, por primera vez se estaría incubando en el Gobierno la idea de avanzar con rectificaciones medulares sobre el modelo económico, que en los últimos años se vio desvirtuado por el aumento de la emisión monetaria y el incremento del gasto público, que pulverizó el superávit fiscal.
El diseño de medidas para atacar estos inconvenientes -que entre otras cosas explica la elevada inflación que padece la Argentina- habría sido encargado por la Presidenta al viceministro de Economía, Axel Kicillof. Según trascendió, también preocupa al Gobierno la marcada caída de las reservas del Banco Central.
A su vez, Moreno insiste en presionar al sector agroexportador para que venda la soja y liquide divisas -volvió a hablar de la Junta Nacional de Granos-, aunque el presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchehevere, pidió que no se esperen dólares del agro en el corto plazo porque los productores “no tienen soja para liquidar”.
En forma paralela, el Gobierno discute una paulatina devaluación del peso, que revalorizaría la cotización del dólar oficial, al estimar que el nivel actual no ayuda al mantenimiento de las bases del modelo económico. El propio Moreno sería uno de sus impulsores, aunque la Presidenta no estaría convencida en este punto.

El consumo en la mira

Otro debate en el seno del equipo económico del Gobierno -cuya cabeza formal es el ministro Hernán Lorenzino- es hasta qué punto se deben mantener las políticas de aliento al consumo, que alimentarían la inflación. El inicio de un año electoral haría difícil que la Casa Rosada enfríe esa variable económica.
De estas deliberaciones también participa el vicepresidente Amado Boudou, quien insiste con la necesidad de formalizar un gran acuerdo de precios y salarios con empresarios y sindicalistas. Kicillof, por su parte, se volvió a manifestar partidario de avanzar en el desdoblamiento del mercado cambiario.
Mientras esto sucede en el plano local, la economía argentina sigue pendiente del desenlace del juicio que entablaron en Nueva York los “fondos buitre” por el pago total de bonos de la deuda externa que no entraron a los canjes de 2005 y 2010. La oferta argentina debe ser presentada antes del próximo 29 de marzo.
En este escenario se escuchan duras críticas a la gestión económica. Una de ellas corrió por cuenta del ex ministro Lavagna, quien aseguró que “el Gobierno generó” la crisis cambiaria y “no le encuentra solución” porque “no quiere reconocer ni la realidad de su fracaso energético ni otros datos como el de la inflación”.
“Cada medida de restricción adicional hace subir el valor del dólar marginal. No han servido de nada”, sostuvo el ex titular del Palacio de Hacienda. A su vez, el ex presidente del Banco Central Martín Redrado advirtió que “con el apriete se ahoga la economía, se desalienta la inversión y hay cero generación de empleo”.

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