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OPINIÓN

¿De qué participación estamos hablando?

En nuestra gestión de seguridad la participación del vecino en la prevención del delito ocupa un lugar central. En momentos en donde observamos un crecimiento en los delitos denunciados, en la violencia empleada en ellos, en el temor del ciudadano y la aparente dificultad para enfrentar dichas problemáticas, buscamos concitar el apoyo de la gente para que se involucre y participe, e incrementar así la legitimidad de las instituciones encargadas del control y de la prevención de la criminalidad.
En este contexto es cuando debemos replantear los pilares de las políticas públicas dirigidas a reducir el delito, lo que por cierto incluye la relación entre la Policía y el vecino.
Esto ha derivado en que nuestra comunidad adquiera un mayor papel en las políticas dirigidas a ese fin. Como consecuencia de esto, en la práctica, y en el plano discursivo también, se va dando un cambio del paradigma de la seguridad pública, hacia la seguridad democrática o seguridad ciudadana, traduciéndose en la búsqueda de mayor participación del vecino en las políticas de seguridad que, a su vez, debieran traducirse en un mejoramiento de las relaciones entre la gente y la Policía.
Desde la Dirección de Asistencia a la Víctima permanentemente vamos elaborando estrategias de participación que efectivamente buscan involucrar de manera directa a la población.
En este marco, lo ocurrido en el barrio Fonavi 144 Viviendas, en cuanto a la conformación de una sociedad de fomento, es un ejemplo de la seriedad de nuestro esfuerzo.

Objetivos

Las políticas de participación ciudadana para nosotros tienen tres objetivos específicos: en primer lugar, mejorar la muchas veces deteriorada relación entre la gente y la Policía, con la esperanza de consolidar un lazo de trabajo común donde el vecino participe en la prevención de la criminalidad y respalde el accionar policial.
En segundo lugar, pretendemos fortalecer las redes sociales existentes, instituciones, sociedades de fomento, foros de seguridad, clubes, bajo la presunción de que esto permitirá el desarrollo y consolidación del capital social local, lo que a su vez, contribuirá a prevenir la violencia.
Finalmente estas políticas de participación buscan consolidar la prevención del delito, sobre la base de que los tipos y modalidades de la violencia no siempre son iguales y, de acuerdo a los distintos barrios, se da en forma diferente.

Seguridad ampliada

En los últimos años se ha evidenciado un notable cambio en la forma de cómo se aborda la prevención del delito en el mundo. Es así como en la actualidad el control del delito ya no es visto como una tarea única y exclusiva de las policías, sino que es asumido por distintas instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y comunitarias. Por consiguiente, la responsabilidad por la prevención y control del delito se ha ampliado, ya que incluye no sólo a la esfera gubernamental, sino que se extiende a la ciudadanía y a instituciones de la salud, educacionales y sociales.
Nosotros buscamos intensificar y promover la participación de nuestros vecinos en la prevención del delito. Ahora, el vecino debe entender y comprometerse a tener un rol central como actor de la política pública, pero no con un cacerolazo como el del jueves último que –desde mi punto de vista- no sirve para nada, sino a través de un compromiso de participación permanente, involucrándose en el diseño e implementación de las políticas.
Cuando concurrimos a las reuniones en los barrios, es notorio escuchar a los vecinos juntarse sólo para presentar reclamos, como la necesidad de mas cámaras o la limpieza de un área del barrio, pero esto no es la real participación, sino que el compromiso del vecino debe ser el de involucrarse en el diseño, ejecución y seguimiento de las diferentes etapas de una política pública.
Es necesario que reflexio-nemos sobre la resignificación de la participación y la ampliación del rol del ciudadano, de lo contrario corremos el peligro de convertir la participación en un mecanismo para obtener seguridad privada y para mejorar el espacio local, lo que excluiría abordar problemáticas más amplias e igualmente relacionadas con la violencia, como la violencia intrafamiliar, y la drogadicción, entre otras.
El problema de la seguridad ciudadana es un tema que nos involucra a todos.


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