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El ascenso de la clase media virtual

En la India me encontré con algo que nunca había visto: toda una nueva comunidad política: la "clase media virtual". Su emergencia explica mucho del auge de las protestas sociales, tanto aquí como en otros países, como China y Egipto. Es uno de los fenómenos más emocionantes que están sucediendo en el planeta. A lo largo de la historia, hemos asociado las revoluciones democráticas con el aumento de los ingresos de la clase media.
Digamos que cuando el ingreso per cápita es de unos 10.000 dólares anuales, la gente ya no se preocupa tanto por cuestiones básicas, como alimento y vivienda, y piensa más en ser tratada como ciudadana con derechos y voz para decidir su futuro. Pero la situación ahora es fascinante: la difusión masiva de teléfonos celulares y tabletas redujo en forma espectacular el costo de la conectividad y la educación. Mucha gente en la India, China y Egipto, aunque gane unos cuantos dólares al día, tiene ahora acceso a tecnologías y un aprendizaje antes reservados a la clase media.
Por eso ahora la India tiene una clase media de 300 millones de personas y una clase media virtual de otros 300 millones que, aunque sigue siendo pobre, exige más derechos, caminos, electricidad, policía no corrupta y buen gobierno, factores asociados con la clase media en ascenso.
"Gracias a la tecnología y a la difusión de la educación, cada vez hay más gente en las capas de bajos ingresos que se siente facultada a exigir. Así, actúa como si ya estuviera en la clase media y exige seguridad humana, dignidad y derechos ciudadanos", explica Khalid Malik, director de la Relatoría del Desarrollo de la ONU. "Es un cambio tectónico -añade-: la revolución industrial fue cosa de diez millones de personas. Ésta es de varios miles de millones de personas."
En diciembre, una joven india de 23 años -cuyo padre trabajaba doble turno como maletero en el aeropuerto para que su hija pudiera ir a la escuela y ser fisioterapeuta- fue víctima de una violación colectiva en un autobús. La joven integraba esta nueva clase media virtual, y su brutal violación y posterior fallecimiento suscitaron fuertes protestas en todo el país.
"Es un momento decisivo en la historia cuando la ciudadanía, hasta entonces complacida con las ganancias económicas, quiere algo más que comodidades materiales", afirma Nayan Chanda, que maneja la revista online YaleGlobal. "Quiere que se le reconozcan derechos; quiere calidad de vida y, lo más importante, el buen gobierno que ha llegado a esperar observando lo que pasa en el resto del mundo."
Es el mismo caso en China. En diciembre, señaló Chanda, "cuando un censor de Guangzhou cometió la intrusión sin precedente de ir a la redacción del periódico Southern Weekend y reescribir el editorial de año nuevo -convirtiendo una crítica al PC en un panegírico-, los periodistas estallaron. Por primera vez en la historia exigieron la renuncia del censor y Weibo, el Twitter chino, se encendió de furia".
Y, por supuesto, la "primavera árabe" fue suscitada no por universitarios de clase media, sino por un vendedor de verduras tunecino que aspiraba a ser de clase media, brutalmente maltratado por la policía corrupta
Atención líderes: el pueblo ya no necesita estar en la clase media, en términos económicos, para tener la educación, las herramientas y la mentalidad de la clase media, para sentirse con derecho a una conversación de doble vía y a ser tratado como ciudadano, con derechos reales y un buen gobierno.

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