None
TENDENCIAS

Cuando hablan las calles: entre los gritos del 8 N y el silencio del 20 N

Fueron doce días. Doce días en los que las principales arterias de Buenos Aires pasaron de un ruido ensordecedor a un silencio absoluto.
Fueron doce días que separaron dos protestas. El cacelorazo del 8N y el paro general del 20N.
Fueron dos protestas que, aunque mediante mecanismos de convocatoria y acción diferentes –algo que no discutiré acá–, tuvieron algo en común. La gente se movilizó y, saliendo de su habitual inercia –ya sea por acción u omisión–, manifestó su disconformidad.
Pero, ¿Por qué se gritó? y ¿Por qué se calló?

El 8N

Luego del 8N, el senador Aníbal Fernández salió a criticar diciendo que no se entendía cuál fue la crítica, por qué fue la protesta. Sin embargo, faltaba salir sólo a la calle, leer los carteles, o leer alguno de los blogs o tuits de quienes convocaron para enterarse cuáles eran los motivos de la disconformidad. Entre los principales reclamos del pueblo se encuentran:
La falta de diálogo de la Presidenta con la oposición. La propuesta de re-elección. La corrupción. La inflación. La carencia de una política energética. El déficit del servicio público de transporte de pasajeros. La falta de una justicia independiente. La manipulación de los datos oficiales. La inseguridad. El denominado “cepo cambiario”.

El 20N

La CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli -al que también se sumaron Federación Agraria y piqueteros de la Corriente Clasista y Combativa-, organizaron el pasado 20 N el primer paro general en la era kirchnerista.
Sistematizar estos reclamos es más fácil por la existencia de una conducción organizada. Ellos son:
La falta de diálogo de la Presidenta con los distintos sectores. Trabajo y salario digno, educación y salud para todos, lo que incluye la suba del mínimo no imponible de ganancias.82% móvil en las jubilaciones. El ajuste, a través de la vía inflacionaria. Actualización de los planes sociales.
¿Cuáles son los puntos de confluencia entre ambas protestas?
Un análisis de estas dos protestas nos llevan a pensar los puntos de convergencia y divergencia.
¿Qué tienen en común las diferentes demandas del frente opositor?
Se dice que el 8 N fue una protesta de la clase media, media-alta y alta y el 20 N fue protesta de los trabajadores y de la clase baja. Se alega que ambas fueron apoyadas –y hasta instigadas- por los medios de comunicación dominantes.
Pero, ¿hay puntos en común? ¿Se trata de una protesta tan diferente, como se la quiere hacer parecer? ¿Es el “NO” al gobierno actual el único eje conductor de ambas protestas?
Yo creo que no.
Es cierto que las demandas vienen de distintos estratos sociales: la clase trabajadora, clase media, media alta y alta.  Sin embargo, la procedencia de las demandas no imposibilita la búsqueda de denominadores comunes.
Hay dos grandes núcleos de protesta social: (i) la actitud autoritaria del gobierno actual, la falta de apertura al diálogo y de atención a los reclamos opositores; y (ii) la inflación, su negación a través de la manipulación de datos oficiales y sus consecuencias: la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores sumado a la falta de aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias.
El modelo kirchnerista está claramente fracturado.
Fueron doce días y dos fracturas profundas. La fractura del 8N de las clases medias, medias altas y altas y la fractura del 20N de la clase trabajadora. Estos dos núcleos de protestas claman por un gobierno más abierto al diálogo y al consenso, con una política económica clara, datos fiables y un apoyo a los reclamos obreros.

COMENTARIOS