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OPINIÓN

Hay que recuperar los valores perdidos

Tal vez sea la pérdida de valores aquello que más perjudica la convivencia en sociedad como la conocíamos. Con sus problemas, pero era una sociedad más segura y mucho menos violenta.
Las crisis económicas permanentes dejaron fuera del “sistema” a miles de personas que ya llevan más de dos décadas sin trabajo permanente, con trabajo informal, con subsidio del Estado o sin trabajo y sin ayuda estatal.
En ese marco, también la familia, en casi todos los sectores sociales, perdió contención en sus integrantes y al mismo tiempo por falta de políticas de estado, de inversión y de capacitaciones, instituciones de calidad formadoras de personas, como por ejemplo la Escuela Pública, fueron perdiendo su plena capacidad de formar ciudadanos.
En el mismo sentido, instituciones como la Justicia y la Policía por razones similares (falta de políticas de estado, de inversión y de capacitaciones) y también por el crecimiento de la corrupción dentro de ellas, perdieron respeto y autoridad.
Si es más sencillo robar que trabajar o estudiar, y si robar no tiene pena. Ni trabajar, ni estudiar, ni gozar de la libertad, dejan de tener el valor moral que siempre tuvieron. Por lo tanto, lo que está fallando es el sistema en su conjunto. Con mayor o menor incidencia en cada uno de sus eslabones, pero el sistema social en su conjunto no está funcionando.
Por ello, todos los que tienen y/o tenemos responsabilidades en cada uno de esos eslabones debemos reconocer estos problemas. Reconocer que si las leyes no sirven entonces hay que pedir cambiarlas. Reconocer que aunque no haya nadie controlando se debe cumplir igual con el trabajo y no esconderse. Y a partir de aquí comprometerse en hacer funcionar como corresponde cada una de las instituciones a las que pertenecemos: familia, escuela, Estado, policía, justicia, etc.
No hay un solo responsable, ni nadie solo podrá resolverlo. Es necesario que todos asumamos las responsabilidades y cumplamos con las obligaciones que tenemos para recuperar los valores perdidos.

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