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OPINIÓN

No hay motivo de interés público que justifique su traslado del centro

El emprendimiento de la construcción de un complejo habitacional de lujo en el predio donde hoy funciona la Terminal de Ómnibus Junín parte de dos premisas falsas.
1-La falta de viviendas (según el censo 2010 hay una vivienda por cada 2,5 habitantes). Lo que hace falta es mejorar el acceso a las mismas y esto no se hace con viviendas de lujo.
2-La necesidad de la comunidad de Junín de trasladar la Terminal de Ómnibus.
Según nuestra opinión (Frente para La Victoria), si bien es cierto que la actual terminal es vieja y hay que transformarla, es falso el concepto de que se la debe sacar del centro de la ciudad.
Las ciudades más importantes del mundo tienen las estaciones de trenes y de autobuses en pleno centro de las mismas.
Esto no es un capricho de los grandes planificadores de las urbes importantes, es  porque se entiende al transporte público de pasajeros como un servicio público y por ende, los puntos de trasbordo deben estar al servicio de las personas.
Como vecino del barrio (vivo a 30 metros de la Terminal), puedo asegurar sin temor a equivocarme que no existe ningún problema que ocasionen los vehículos de gran porte, ni al tránsito, ni de impacto ambiental. Además, si los hubiera, habría que aplicar la legislación vigente para corregirlos.
Por lo tanto, a nuestro entender, no hay motivo de interés público que justifique el traslado. Sólo el propio interés de los particulares involucrados en el negocio inmobiliario a desarrollar en el predio lo justifican.
Este mezquino interés económico no se podría llevar adelante sin la complicidad del intendente municipal, Mario Meoni, sus colaboradores y los concejales que aprobaron la norma contra todos los informes técnicos y urbanísticos que decían lo contrario.
Las políticas públicas deben estar orientadas para satisfacer las necesidades de las personas, de las mayorías populares.
En este caso, debe primar el interés de los miles de vecinos de localidades cercanas que llegan a Junín todos los días a trabajar, a estudiar, a utilizar el sistema de salud, el comercio o a pasear, y dejan miles de pesos en la ciudad.
De los cientos de juninenses que viajan cotidianamente a Buenos Aires, La Plata, Rosario, y que verán incrementados sus costos en el traslado desde la ruta al centro.
Deben primar los intereses de todos por sobre los de un puñado de vivos que, aprovechándose de una mayoría circunstancial que les da la democracia, ponen el patrimonio público en remate.
Está a la vista de cualquier vecino que aplique el sentido común y la razonabilidad que atrás de estos desconocidos e indocumentados pseudos empresarios inteligentes, sin experiencia alguna en la materia, se llenarán los bolsillos los que no pueden figurar en los papeles.
El Frente para la Victoria no se opone al desarrollo inmobiliario ni al progreso de la ciudad. Cualquier empresario que quiera invertir en la ciudad puede venir y hacerlo. Pero que quede claro, sin privilegios, sin cambios de indicadores urbanísticos para beneficio solamente de ellos y sin tener en cuenta el enorme daño ambiental que impactará en la calidad de vida de todos los juninenses.


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