None
OPINIÓN

La opinión de "la gente" y los estudios publicados

Las encuestas de opinión forman parte del debate político nacional, de manera tan plena como los medios de difusión, y el alineamiento político de las consultoras de opinión es inevitable por las características del trabajo.
De hecho, tienen como clientes a las dirigencias políticas o a los medios de difusión opositores u oficialistas, y son ellos los que pagan los estudios.
Por lo que, los estudios que se publican, al menos jamás dañarán los intereses de quien los paga. “Aciertan las encuestas cuyo cliente gana”, es una verdad de perogrullo en la tarea de sondear la “opinión pública” para transformarla en “opinión publicada”.
La diferencia entre consultoras entonces no radica en si defienden o no el interés de su cliente, circunstancia obvia, sino si esta defensa es explícita o no.
La no explicitación de la defensa de intereses es un módico intento de asignarle “objetividad” al estudio, al igual que suponer que la imparcialidad se logra trabajando en exclusiva para un medio de difusión cuyos intereses políticos lo atraviesan de cabo a rabo.
Las operaciones más frecuentes que se realizan con encuestas de opinión pagadas por la oposición están dirigidas a esmerilar la imagen de la Presidenta, buscando provocar un “cambio de clima” que permita afirmar alguna alternativa al escenario electoral explicitado en octubre de 2011, donde la diferencia entre el FPV y la segunda fuerza fue récord histórico y representó el equivalente al 80% de los votos de toda la oposición sumada.
La operación es sencilla y reiterada. Los medios opositores instalan temas críticos para el oficialismo en materia de corrupción, socioeconómicos u otros y las encuestas opositoras corroboran que estos temas “figuran como principales problemas de los argentinos”.
Son estudios que reproducen las tapas de los medios opositores bajo el formato ya no de noticias o editoriales periodísticas sino el más “ objetivo” de “encuesta de opinión” donde las opiniones se encubren con “porcentajes”, margen de error, etc.
De las tantas operaciones sobre caídas estrepitosas de la imagen de la presidenta recordamos la más reciente del caso “Shocklender” y “Sueños Compartidos” que estallara antes de las elecciones de octubre y según diarios y encuestas opositoras provocaron una debacle oficialista. Vinieron luego mas de once millones y medio de votos para sepultar la opereta mediático encuestoril.
Recientemente, tras los cacerolazos de segmentos medios altos y altos que ya se mostraron adversos en octubre al Gobierno nacional, con epicentro en el centro norte de la CABA y poca expansión a algunas ciudades del interior, Mendoza, Rosario y Córdoba volvió el show de la caída de imagen de Cristina y el Apocalipsis tan temido.
Estos estudios de opinión opositores llegaron a afirmar disparates tales como que todos los gobernadores opositores de la centro derecha tienen imagen muy superior a la Presidenta, al tiempo que un 15,2% de los encuestados manifiesta haber participado del último cacerolazo, más gente movilizada a nivel nacional que en la crisis del 20 de Diciembre del año 2001, algo así como 3.200.000 personas según el padrón electoral, cuando los mismos medios y políticos opositores hablaron de 250.000 caceroleros el pasado jueves 13 de septiembre.
Pero ahí no queda la cosa. Según estos mismos estudios de opinión opositores, Cristina Kirchner tiene un escuálido 24% de imagen positiva, pero mantiene un voluminoso piso de 30% de electores de "kirchnerismo duro". O sea que, según la “encuesta”, dos de cada 10 "kirchneristas duros" tiene una imagen negativa de CFK.

COMENTARIOS