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OPINION

Transporte público: un derecho a conquistar

En la última década la ciudad de Junín ha crecido exponencialmente. Su expansión ha sido anárquica, sin planificación alguna y sin previsibilidad.
Por supuesto eso se ve agravado en los barrios más alejados, que no cuentan con los servicios públicos necesarios y quedan aislados de la vida comercial, laboral, educativa y social de la ciudad.
El traslado tampoco es parte de ninguna política de planificación. La accesibilidad a las motos, producto de las facilidades para la compra, resolvió en primera instancia la movilidad de vastos sectores sociales. Comenzó como una moda entre los jóvenes, pero hoy es el único medio de transporte posible para miles de familias juninenses.
Por supuesto, nuestros abuelos deben trasladarse en remise o en taxi, con el costo que eso implica.
Mientras tanto, el caos vehicular y los problemas para estacionar, los vivimos cotidianamente.
En este sentido, abrir el diario y encontrar noticias de accidentes que cuestan la vida de muchos vecinos, otros que dejan secuelas y heridos, es algo que nos duele.
Las estadísticas son contundentes. Pero quienes estamos en la función pública no podemos caer en respuestas impulsivas o demagógicas. Debemos proponer concretamente proyectos que traigan soluciones a las familias de nuestra ciudad.  
El tema de la movilidad está profundamente ligado al tipo de ciudad que queremos y proyectamos. Es que de lo que se trata, es ni más ni menos que de brindar un servicio público para los vecinos. La idea de lo público, lo que es de todos, ha sido prácticamente abandonada por quienes conducen el Gobierno local desde hace casi nueve años.
Esto implica recuperar el sentido de lo colectivo, democratizar la ciudad con un transporte que permita que las familias lleguen a hacer los trámites, a los centros de salud, al banco, a la escuela, a los comercios, a la Laguna. Estamos hablando de mejorar la calidad de vida y, por qué no, de cuidar la vida.
Creer -a priori- que las familias de Junín prefieren ir en moto, aún con dos o más de sus hijos en peligro, porque así están más cómodos, es - como mínimo- irresponsable. De lo que aquí se trata es de dar a los ciudadanos oportunidades, alternativas para elegir. Opciones para la seguridad de su familia.  
En definitiva, volver al transporte público será un hábito que deberemos ir estimulando y promoviendo, con tiempo y creatividad. Para eso está el Estado, para eso debe recuperar su rol preponderante. Garantizar oportunidades y servicios para todos. Si de lo que se trata es de presupuesto, el Gobierno local demostró esta última semana encontrar las herramientas privadas y de recaudación para resolver temas que están entre sus prioridades. Todos los municipios grandes han encontrado el camino para solucionar problemas de movilidad. Es que la voluntad política y la capacidad de gestión son determinantes. Por supuesto es un tema que deberemos debatir todos los juninenses. Intercambiar ideas, informarnos, conocer opciones, escuchar a funcionarios, empresarios, comerciantes, sociedades de fomento y diversas instituciones intermedias, a las escuelas, a nuestros jóvenes, son ejercicios que debemos recuperar. Esto también debe promoverse desde el gobierno, ya que funcionan si son espacios institucionalizados y legitimados para tal fin.
Sabemos que la movilidad es un derecho que hay que ejercer y construir. Con participación ciudadana, campañas de concientización, campañas de control serias, bien informadas, llevadas adelante por personal preparado para tal fin, relevamiento de esquinas, avenidas y calles más propensas a los accidentes, estadísticas serias, conformación de equipos interdisciplinarios, y tantas otras herramientas que pueden llevarse adelante con creatividad y voluntad, sumado a un recorrido de colectivos económico, previsible y seguro, que incluso hasta puede hacerse por etapas, con un buen asesoramiento de universidades, equipos técnicos y empresarios del rubro, podemos tener un sistema de transporte público acorde a nuestras necesidades, con respeto por nuestra idiosincrasia y efectivo.    
No podemos seguir improvisando; Junín se expande, el país crece, el mundo cambia. Debemos estar a la altura de la historia y pensar en políticas públicas que nos trascenderán. El derecho a la movilidad es una asignatura pendiente, que los juninenses debemos conquistar.n



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