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OPINION

¿Proyecto de ciudad o negocios municipales?

Semanas y meses atrás los diversos actores y sectores que integramos nuestra ciudad recibimos por parte del Ejecutivo municipal, a través del equipo técnico del Plan de Desarrollo Junín 2016, múltiples invitaciones a jornadas de debate y discusión respecto al diseño de proyectos definidos a continuación, de encuentros aparentemente amplios y abiertos, prioritarios –se nos dijo- para el desarrollo de la ciudad.
“Es importante contar con la presencia de representantes de las instituciones involucradas, ya que su aporte resulta necesario para el éxito de los proyectos”, afirmaba la última invitación, a fines del mes pasado.
El sector del comercio y la industria de nuestra comunidad, que es uno de los actores de mayor participación en el debate de los destinos de nuestra ciudad, y que en las últimas dos gestiones del intendente Meoni ha tenido un protagonismo casi decisivo a la hora de pensar en el “éxito” de la gestión meonista, hoy ve con intensa claridad que sus aportes de cooperación han sido degradados por un jefe comunal que no tiene en cuenta la voz de los juninenses cuando se trata de definir negocios.
Con todo, la discusión de la instalación de un Easy en Junín ha puesto en crisis y dañado históricas relaciones institucionales, porque el sector del comercio, que ha estado persistentemente acompañando un plan de ciudad, hoy advierte que sólo ha sido pensado por parte del Ejecutivo local, como un mero aliado pero jamás se han tenido en cuenta sus intereses como sector y su opinión como juninenses.
Llama la atención cómo secretarios y funcionarios municipales permiten –o garantizan- que su trabajo de planificación estratégica, y de seudo debate público, funcione como una instancia de legitimación de decisiones personalistas del Intendente y de exclusivo favor para intereses financieros, en contraposición al interés de la comunidad en general.
“No le tenemos miedo a la competencia”, expresaba uno de los comerciantes de nuestra ciudad en una reunión con el departamento legislativo, sin embargo dejaban en claro que estaban bregando por la continuidad de un programa de fomento del comercio minorista local que ha sido en nuestra ciudad un actor históricamente decisivo en la generación de puestos de trabajo.
Finalmente Comercio e Industria y demás cámaras empresariales y Pymes procuran frente al Municipio que el Easy sea instalado fuera del casco urbano a fin de no dañar los ingresos cotidianos de los pequeños comerciantes y el consecuente consumo interno, el ABC de una política pública productiva que prioriza la creación y sostenibilidad del empleo y el desarrollo de las comunidades. En un proyecto de ciudad serio esta premisa vertebral jamás podría ser reemplazada por una necesidad edilicia/económica -para ser benévolos- de un municipio.
Finalmente Meoni y su grupo político han tomado de manera inconsulta la decisión de que este hipermercado desembarque dentro del casco urbano, y más allá de que el código urbano ambiental habilite la desafectación del uso específico de los talleres municipales, somos testigos de un Gobierno local que sólo contempla intereses financieros a la hora de tomar decisiones que deberían convocar al conjunto de la sociedad.
Nuestro proyecto político nacional ha desafiado, con óptimos resultados, las recetas económicas dominantes en las últimas décadas, y se ha propuesto andar el camino de la industrialización, de la sustitución de importaciones, de medidas económicas contracíclicas que priorizan sostener la producción nacional y local, logrando un reconocido e innegable impacto en la promoción del empleo genuino con elevados niveles de consumo interno y desarrollo de la industria nacional. Sin embargo en Junín algunos iluminados “tienen un plan” y parecen querer demostrar que retomar con las nefastas recetas neoliberales es el destino que conduce el Intendente.
Nulas las políticas de intervención del Estado a favor del bien común, e invalidadas las medidas que busquen proteger a la industria local de bienes de capital, lo que se puso en juego es el quiebre de la confianza del comercio y la industria locales en el gobierno municipal.
Capítulo aparte merece la venta inmoral que el meonismo ha decretado respecto al actual edificio donde cita históricamente la Terminal de Omnibus, una profunda reflexión convoca a los actores y sectores que han dado su apoyo incondicional a un intendente que tiene como único proyecto político, un gerenciamiento exitoso de una ciudad, olvidando que la voluntad popular no lo puso al frente de una empresa, sino de una comunidad que empieza a despertar acerca de sus derechos y su poder de decisión.
Más allá de los efectos nocivos que tienen nueve años de gestión meonista con una impronta de ciudad-empresa que nos convoca a profundizar nuestra tarea en el Concejo Deliberante, veo con mucho optimismo que nuestra ciudadanía comience a tomar conciencia de qué clase de políticos gerencia hoy nuestra ciudad.

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