MARKETING

Cholita

Pequeñas estrategias.

Sucede sobre todo en el mundo de los emprendedores, las pymes y los comercios, donde la cultura de la inmediatez y la operación del día a día obliga a ejecutar acciones veloces y sin mucha profundidad. Como si se tratara de una una carrera en línea recta, un error que visibilicé en un viaje a Bolivia, al observarlas a ellas, quienes conocen el camino. En la columna de hoy, el ejemplo de las “cholas”. 

Fue hace algunos años, cuando con la arrogancia de la adolescencia y al llegar a La Paz (Bolivia) subestimé la estrategia detrás del andar cansino de los nativos. Era una línea recta, una vereda angosta con una pendiente ascendente y ella como obstaculo de mi urgencia injustificada. El sobrepaso me demandó cierta destreza, o sea tuve que pisar el “pianito” y caminar unos metros por las típitas calles empedradas. Finalmente lo logré, me puse “en ventaja” y pasé al frente pero al llegar a la esquina las cosas se complicaron. La altura Boliviana hizo de las suyas y, agobiado por la falta de aire, tuve que detener mi marcha, observando como la “Cholita” pasaba a mi lado, paso a paso, no tenía apuro, su estrategia era llegar. 

Una historia que baja a tierra el concepto de “estrategia”. Palabra que siempre se asocia a planes complejos propios de empresas multinacionales. Nada de eso, es tan simple como definir la forma de llegar de un punto a otro, evaluando las condiciones propias, las del resto y las del entorno donde nos movemos. Eso fue lo que hizo la nativa, quien con su sabiduría y conocimiento del lugar “ganó” una carrera que en realidad nunca se propuso correr, porque su objetivo es simplemente avanzar. 

El mundo de los negocios está extremedamente competitivo, por eso es importante buscar formas alternativas de crecer. No es golpe por golpe, no se trata de copiar lo que hace el otro para terminar en una guerra de precios. La palabra clave es la creatividad, implica renunciar al ego y pensar que menos es más. Orientar los esfuerzos a encontrar un lugarcito libre en la mente de los consumidores. Quizá menos pretensioso desde el discurso, pero más rentable y posible desde lo comercial. 

Es simple, la “chola” no se propone ganar por velocidad, cualidad que no la acompaña. Por el contrario se orienta hacia la debilidad de su competidor imaginario, que en mi caso fue la inexperiencia. Para evitar competir golpe por golpe debemos crear nuevos espacios, diseñar la oferta para atraer una nueva demanda, permitirnos un tiempo para re-pensar las propuestas de valor e innovar en producto o servicio. Una técnica que en marketing se denomina “océano azul”, es decir aparse del lugar donde todos tiran la caña. Despacito, paso a paso pero firmes porque el recorrido es largo y no se trata de quien llega primero sino de quien se mantiene en carrera. Gracias Cholita por el ejemplo!

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