Peyorativos
MARKETING APLICADO

Peyorativos

El marketing como chivo expiatorio.

Probablemente esta columna suene a defensa corporativa. Quizá piensen que me molestan algunos dichos despectivos relacionados con la profesión. La respuesta a todo esto es si, me molestan. Sobre todo cuando vienen desde un sector que debería ser más responsable, aunque siempre da muestras de lo contrario. Por eso, sin señalar a nadie y entrando en en el marco de un año electoral plagado de campañas, quiero invitarlos a levantar la guardia. Hoy nos metemos en la granja con una historia de cerdos, chivos y gansos. 

En primer lugar reconocer que, quienes trabajamos en marketing, no somos santos. No hay novedad, pero tampoco lo son los médicos, ferreteros, ingenieros, entre otros. Mucho menos nuestros gobernantes o aspirantes a ocupar un cargo público. De todas formas, de algo estoy seguro: entre tantas profesiones y actividades, los más señalados son ellos, los políticos y nosotros, los marketineros. Una carga negativa que en nuestro caso creo importante atender. 

No es mi intención iniciar una caza de brujas e ir detrás de cada uno de los que piensan de esta manera. Tampoco darle tanta relevancia a la cuestión y mucho menos sonar belicoso. Es solo que siento que naturalizar estas menciones peyorativas es demostrar debilidad intelectual y renunciar a la defensa del prestigio. Lo sé, nuestro posicionamiento como profesionales merodea las idea de ávidez verbal y facilidad para el discurso: “Sos rápido vos eh” o “que bien chamuyas”. Nunca termino de entender si es una crítica o un halago. 

El punto clave de esta columna es que, una cosa es que lo diga “la calle” y otra muy distinta es cuando está en boca de quienes tienen el uso hegemónico de los medios de comunicación. Es ahí, cuando abren la grieta y se acusan de mentir cuando lanzan el impune:  “lo tuyo es puro marketing”. Ahí surge la molestia. Porque no solo exhiben irresponsabilidad sino que además desconocimiento. 

Sin exagerar, no somos el centro del mundo, tampoco santos o demonios, solo un eslabón que puede ser útil. Quizá no lo sepan, pero deberían entender que algunas veces aportamos valor y somos relevantes en la relación de la oferta y la demanda. Cuando nos sale bien, hasta podemos generar más puestos de trabajo. ¿No les parece importante?

Es obvio, las malas prácticas profesionales están en todos los ámbitos. Mucho más cuando encuentran intérpretes sin escrúpulos pero, no se dejen engañar. Por casos particulares, de los que ellos mismos son autores intelectuales, no deberìan mancharnos a todos. Por eso, les pido que estén atentos a los chivos expiatorios de las contiendas electorales. La realidad es que la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer y en esta granja también hay muchos ganzos.

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