La gran mayoría de los participantes en la encuesta semanal de Democracia, que se publica en el sitio de Internet www.diariodemocracia.com y en el perfil del diario en la red social Twitter, manifestó su desconfianza en la justicia argentina.
De hecho, ante la pregunta: “¿Confía en la justicia?”, el 73,5 por ciento de los votantes respondió que “no”, mientras que el 26,5 por ciento restante contestó que “sí”. En total, participaron del sondeo virtual de este diario 83 lectores.
Estudio
Un estudio de opinión pública realizado por la organización Voices y organizado por la Universidad Austral, la Universidad de Belgrano (UB), la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), la Universidad de Palermo (UP), la Universidad del Salvador (USAL) y la Fundación UADE, en el marco de las actividades del Centro de Investigaciones Sociales (CIS), advierte sobre la creciente desconfianza de la ciudadanía en la Justicia.
El trabajo se llevó a cabo con el objetivo de analizar la percepción de la ciudadanía sobre diversas cuestiones relacionadas con la Justicia en la República Argentina. La investigación analizó las opiniones de los argentinos tanto desde un punto de vista general, como así también considerando aspectos particulares inherentes al propio funcionamiento y dinámica del sistema judicial.
Entre los principales resultados la organización observó que el Poder Judicial es, de los tres poderes del Estado, en el que menos se confía (21% confía vs. el 76% que desconfía).
Al pedirles a los entrevistados que evaluaran la justicia argentina, se observan apreciaciones principalmente negativas: 44% de los entrevistados la evalúa ‘mal’ o ‘muy mal’ y un 40% la ve como ‘regular’, mientras que solo un 14% esgrime una evaluación positiva.
El no acatamiento de la ley es la principal razón por la que se evalúa negativamente a la justicia (27%), seguido por la corrupción (21%), la lentitud procedimental (20%) y la falta de equidad (17%).
En cuanto a las perspectivas sobre la situación de la justicia de cara al futuro, en cinco años: 4 de cada 10 son optimistas y sostienen que mejorará, 3 de cada 10 opinan que seguirá igual que hasta ahora y casi 2 de cada 10 son pesimistas y dicen que empeorará.
Tensión política
Los pasajes en los que el presidente Alberto Fernández cuestionó el rol del Poder Judicial y la sentencia por el reparto de la coparticipación que benefició a la Ciudad de Buenos Aires, así como las menciones al espionaje ilegal durante el gobierno anterior fueron los momentos de máxima tensión entre los legisladores de la oposición y el jefe del Estado durante la última asamblea legislativa.
"Es un honor que me insulte diputado Iglesias", "insúlteme, es un honor, un honor, me enorgullece, sigo, sigo", fueron algunas de las respuestas del mandatario cuando en medio de sus críticas por el reparto de los recursos coparticipables que benefició a CABA legisladores profirieron insultos al funcionario.
Ante las críticas, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, presente en la ceremonia junto a otros gobernadores, sólo atinó a negar con la cabeza con rostro serio.
Los únicos dos miembros de la Corte Suprema de Justicia, su presidente Horacio Rosatti, y Carlos Rosenkrantz, que asistieron a la Asamblea (Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda declinaron la invitación) se mantuvieron imperturbables ante los cuestionamientos que les dirigió el Presidente.
La intromisión de la Justicia en la ejecución presupuestaria es definitivamente inadmisible, excede sus facultades y causa un severo daño a las cuentas públicas del estado nacional", aseveró Fernández ante los rostros serios de los dos jueces de la Corte.
En el tramo en el que el Presidente mencionó la fallida reforma de la justicia federal que quedó empantanada en la discusión en el Congreso, algunos legisladores de Juntos por el Cambio (JxC) gritaron desde sus bancas y el jefe del Estado respondió con un "no son mentiras", aunque admitió que "no le fue bien" con esa iniciativa.
También acusó a la Corte Suprema de haber "tomado por asalto" el Consejo de la Magistratura, ante lo cual también recibió recriminaciones de los opositores presentes desde sus butacas, así como en el pasaje del discurso en el que se refirió, en un tono elevado, a las escuchas ilegales durante el gobierno de Mauricio Macri
En medio de las tensiones, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se mantuvo en silencio y casi no emitió gestos de aprobación o desaprobación y fue esta vez la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, la que intentó calmar los ánimos cuando los diputados de la oposición interrumpían el discurso con gritos.
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