La fábula de la rana
MARKETING APLICADO

La fábula de la rana

Acción o reacción.

La historia del comercio local se caracteriza por pioneros que golpearon primero con algún producto o servicio. Tal es así que muchos bautizaron a sus comercios con un genérico apelativo a la actividad o simplemente tomaron el nombre de la ciudad como rasgo identitario. Con el paso del tiempo, el escenario competitivo se fue modificando, una situación que algunos interpretaron y otros no. 

La fábula cuenta que la rana saltó a una olla de agua hirviendo e inmediatamente, por instinto natural, escapó para salvar su vida. Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría, una rana saltó y nadó tranquila. Estaba feliz con su piscina improvisada, que de pronto, se fue templando, generándole una sensación agradable hasta que el agua seguía calentándose, dándole señales. Paulatinamente, la temperatura siguió subiendo hasta que ya era demasiado tarde para saltar. Fin de la historia. 

En esta metáfora, la olla es el mercado y la rana son los comercios o pymes locales. Por eso, pensar que todo se mantiene quieto es una falacia, podemos nosotros establecernos en un lugar fijo pero todo a nuestro alrededor se modifica, se mueve, cambia. 

Hoy los invito a pensar, cuantos de esos pioneros lograron reinventarse y cuantos quedaron en el camino por no aggiornar su propuesta de producto, marca o experiencia en general y se mantuvieron plácidamente, nadando en aguas peligrosas. 

Cambios sociales, culturales, tecnológicos, económicos. Multiplicación de ofertas similares, apertura de nuevos mercados. Oportunidades, amenazas. Fortalezas y debilidades. La información está al alcance de todos, algunos tienden a reaccionar operando decisiones que no solo son costosas sino cortoplacistas. Otros no detectan los cambios, los subestiman y cuando se dan cuenta, perdieron su posición hegemónica o simplemente desaparecen. Solo unos pocos, toman el marketing como una metodología de trabajo, una herramienta fundamental para leer los mercados y accionar a tiempo. Un espíritu crítico que permite revisarlo todo, todo el tiempo. 

Ya no hay negocios grandes o chicos sino rápidos o lentos. La única forma de no desvanecer en aguas calientes es creando valor. Por eso, hay ranas que saltan y otras que no. Salta ranita, salta!.

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