Motivaciones comerciales
CHUSMA, CHUSMA

Motivaciones comerciales

Suele suceder, sobre todo en el interior. Un auto, la ropa que llevas puesta o el viaje que hiciste en el verano. Vivirlo, disfrutarlo pero además mostrarlo, para demostrarlo. Se vive mucho para “el afuera”, dicen por ahí. La mirada del otro siempre está presente. En esta columna, hablamos de motivaciones. 

Un fenómeno que casi nadie puede negar por estos tiempos de redes sociales, ni siquiera quienes se jactan de una vida despojada del ojo ajeno. Todos caemos en acciones o actitudes que indefectiblemente consideran a los demás. Quizá profundizar sobre esta cuestión sea terreno de otra especialidad, en lo que al marketing respecta se trata de una obsesión, por momentos, saludable. Si, aunque parezca extraño y contradictorio. 

¿La cáscara o el interior? La metáfora me sirve para ilustrar sobre las motivaciones que tienen las empresas para mejorar ¿Realmente buscan un cambio profundo? Algunas, sin darse cuenta, de tanto poner el foco en la forma, es decir la cáscara, terminan modificando el fondo, o sea el interior. 

Los motivos son claros, por lo generan es más simple y genera menos resistencia modificar las cuestiones estéticas. Una mano de pintura, un par de detalles y listo ¿Es suficiente? Claro que no, si nos quedamos ahí, probablemente sea una mala inversión porque el producto o servicio es “un todo” que conforma la experiencia  y por más prolijo que esté tu negocio, si lo atendés mal va a fracasar. 

¿Ser o parecer? Los filósofos podrían decir que el “ser” es lo fundamental pero en estos tiempos, las dos cosas son relevantes. Sobre todo si consideramos que para “ser” primero hay que tener la oportunidad. De nada sirve ser unos genios si nadie nos contrata. Entonces, claramente debemos “parecer” para que nos permitan demostrar lo que somos. Parece complejo pero es simple. En otras palabras, se trata de posicionarnos y diferenciarnos para poder competir. 

El branding es una especialidad que gestiona y administra estas cuestiones. Ni una, ni la otra. Las dos, alineando lo que es y debe demostrar una empresa de forma coherente. En tiempos de comunicación omnipresente y omnicanal, no debemos subestimar ninguna variable porque finalmente, la chusma siempre está a la vuelta de la esquina, sino pregúntenle a Quico: “Chusma, chusma….prsst”.

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