La rigidez de una marca
TODO X 2 PESOS

La rigidez de una marca

Recientemente, una reconocida esquina de nuestra ciudad modificó su fachada en busca de un cambio de percepción. En ese lugar, siempre se instalaron rubros similares, me refiero a un modelo “polirubro” que viene de un período de baja fluctuación de precios.Tiempos en los que los denominados “Todo por dos pesos” se multiplicaban como registro de una época. Hoy propongo analizar este fenómeno desde la óptica marcaria. 

Personalmente es un paseo que me encanta, entrar a un lugar sin buscar nada y encontrar de todo, muchas cosas que quizá no use nunca pero como contrapartida pagar poco. Tarro, tarrito, pinza, manguera, juguetes, bazar y muchas curiosidades para pasar un domingo nublado. Un placer! 

El modelo de negocio propone productos de bajo costo y gusto dudoso. Una infinidad de objetos imposible de contener con un nombre que lo represente. No es un bazar, no es una juguetería, no es una ferretería ni una blanquería. Es todo eso al mismo tiempo. Fue así que el valor promedio de los artículos orientó a la marca otorgándole indicadores fundamentales. Una definición unívoca: vas a pagar dos pesos. 

Como cualidades, el nombre ayudó en la segmentación y posicionamiento, le aportó identidad y un alto grado de definición. También, una “idea fuerza” contundente que no necesitaba esfuerzos publicitarios. Tal es así que estos negocios se multiplicaron, hasta que nuestro país le puso un freno con el fin del uno a uno, que dejaron de ser dos. 

La obsolescencia del recurso marcario se pone de manifiesto frente a la carencia de una cualidad que tienen que tener las marcas, me refiero a la capacidad de maniobra simbólica. En este caso, no hubo ni habrá chance. Los “todos por dos pesos”, no tuvieron más posibilidad que rendirse frente a la debacle. Si, es cierto. Algunos lo intentaron con ajustes del tenor de “Todo por 20, 30, 40 y 200 pesos” pero la potencia de la simplicidad ya había caído. 

Hoy, los “todo por dos pesos” buscan nuevos rumbos en pos de prestigiar su marca, en algunos casos una “lavada de cara” para adaptarse a estos tiempos tan cambiantes, que demandan marcas pensadas más allá del grafismo y con una evaluación de fondo. ¿Todo por dos pesos? En el caso de tu marca, te sugiero que no.

Por Juan Bautista Blanc : Publicista.

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