Bife de chorizo
MARKETING APLICADO

Bife de chorizo

Una propuesta de valor.

Una vez por semana, en diferentes lugares de nuestra ciudad, se celebran las denominadas “peñas”. Una comunión que para muchos funciona como un pasaporte para salir de casa. En la columna de hoy, repaso la propuesta de valor de los lugares que siempre nos reciben con los brazos abiertos. 

El foco de hoy está puesto en esos templos que reciben estas ceremonias. Son los clubes de barrio, que buscan recursos para subsistir, los que covocan a la muchachada. Solo basta recorrerlos, uno a uno, para encontrar a los diferentes grupos. Los de toda la vida, los del fútbol o los que se unen porque sus hijos son compañeros de escuela, se autodenominan “los papis”. Todos se autoconvocan por alguno de los tantos grupos de whatsapp. 

Por lo general tienen un anfitrión que aparece al principio y al final para saludar a la mesa. Roberto, Carlos o Tito, de ahí no sale. Se valen de un puñado de propuestas claras. Un bife de chorizo con huevos a caballo, un guiso de lentejas o carne al horno. Vino de la casa, una tv de treinta pulgadas y por sobre todas las cosas calidez. ¿Acaso podríamos decir que esto se relaciona con el marketing? Debo decirles que si, que se trata de una propuesta de valor que no busca igualar o competir directamente con otras opciones sino que ponen el foco en lo que busca su cliente en una situación determinada. 

Contrario a lo que muchos suponen, el marketing no tiene relación con los cuidados estéticos, la sobre venta y otros preconceptos.

Es más, podría decirles que en muchas circunstancias, como la que describo hoy propone un antagonismo, un diferencial que va en la dirección opuesta para poder generar atracción y demanda. 

¿Qué pasaría si un día, estos clubes intentaran otra cosa, un ensayo que iría en contra de su valor o identidad? Sospecho que naufragarían en un camino absurdo. Nosotros buscamos simpleza y que nos mimen un poco, solo eso. Se trata de las motivaciones que conducen nuestras decisiones, lo que en marketing denominamos “drivers” de consumo. 

Saludo el vigor de estos clubes, que se mantienen porque no corren detrás de la tendencia sino que se posicionan en torno a su fortaleza. No se trata de colores, un buen cartel o publicidad sino de saber que venden, a quien y en qué momento. La peña es eso, un vino de la casa, un “chistido” de soda y por sobre todas las cosas, un bife de chorizo.

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