El ultimátum del ministro y el respaldo presidencial
ANÁLISIS DE ACTUALIDAD

El ultimátum del ministro y el respaldo presidencial

¿Empezó Alberto Fernández una ofensiva para forzar la salida del kirchnerismo duro de su gobierno? Esa es la lectura que hacía ayer una buena parte del mundillo político peronista luego de un reportaje que concedió, el lunes a la noche, Martín Guzmán. El ministro de Economía se ha convertido en una suerte de demonio para los leales a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que le reprochan el manejo del acuerdo con el FMI por la deuda y su plan para retocar tarifas con el fin de bajar el déficit fiscal.

Guzmán habló en un espacio televisivo que los fieles al Instituto Patria, con una lógica conspirativa casi policial, consideran funcional al Presidente. Pero el tema no fue tanto dónde se mostró sino lo que dijo. Envió casi un ultimátum, cuando aseveró: “Lo que el Presidente ha marcado es que gestionaremos con gente que esté alineada con el programa económico que se ha definido. No es un problema de nombres sino de rumbo”. Lo que es igual a decir que el que no comparte ese programa, debería irse.

Fuentes albertistas confiaban ayer que Guzmán se reunió con Fernández el domingo por la noche, poco antes de que la primera dama entrara en trabajo de parto. Se habría pactado allí que al otro día Guzmán hablara en televisión. También, siempre según las versiones oficiosas, habrían acordado que éste último comience a adoptar desde ahora un rol más activo en las cuestiones de la economía doméstica para dejar de ser, como lo definen quienes no lo quieren, solamente el “ministro de la deuda”.

Si la versión de que el autor intelectual de la salida televisiva de Guzmán fue Fernández es correcta, el Presidente estaría obligado a bancar los dichos de su ministro en la primera oportunidad que tenga de enfrentar un micrófono. Si realmente lo quiere mantener, estaría forzado a no desautorizarlo. Se verá.

Al cierre de esta edición, no se conocía una réplica kirchnerista al ultimátum de Guzmán. Ninguna voz cercana a Cristina o a Máximo Kirchner se había explayado explícitamente. Imposible que esa facción no se sienta aludida: el ministro, sin decirlo, claramente se refirió a los que se oponen, por ejemplo, a su plan para aumentar las tarifas de los servicios públicos más allá del tope del 20 por ciento que defiende al kirchnerismo, cuando haya que bajar los millonarios subsidios de acuerdo a los hablado con el Fondo.

En criollo: Guzmán pareció apuntar al área de Energía, que él no maneja y que está en manos de leales a Cristina. Se trata de Darío Martínez y Federico Basualdo, entre otros. También al secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, que si bien depende del ministerio de Producción debería tener una mínima coordinación con Economía para combatir la suba de precios. Feletti y Guzmán no se hablan y el primero acaba de decir que él no puede luchar contra la inflación si el segundo no arma un plan económico serio.

Dato: ayer Feletti estuvo con el gobernador Axel Kicillof en el acto donde se anunciaron medidas provisorias de la Provincia para combatir la suba de precios en alimentos. Puede haber sido un mensaje a Guzmán. Se comenta que si Feletti se queda sin trabajo en la Nación, podría tener un nuevo empleo en La Plata porque con Axel “se lleva de maravillas”.

La sospecha de cierto ataque coordinado albertista para presionar al kirchnerismo pareció reforzarla el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que ayer salió a decir: “El que no esté de acuerdo con nuestra política económica no debería estorbar”. Y agregó: “Siempre voy a defender a Martín Guzmán”. Si la tensión trepa demasiado, acaso se diga casi infantilmente que el quilmeño se refería a sectores no peronistas. Pero todo el PJ sabe que Aníbal se fue convirtiendo en un soldado de Alberto a medida que se radicalizaba el enfrentamiento entre el Presidente y Cristina. Antes fue taliban de la actual vicepresidenta.

Como sea, otra voz escuchada por Fernández, Agustín Rossi, salió a hace un par de días a pedirle al peronismo en general que luche para fortalecer al Presidente y no colabore a desgastarlo. Fue en Rosario. Rossi, que fue ministro de Defensa del actual gobierno, quedó enfrentado a Cristina por los vaivenes de la interna del PJ santafesino del año pasado, en la que enfrentó a un armado de la vicepresidenta en alianza con el gobernador Omar Perotti y perdió.

Por cierto, Rossi suena como reemplazo del camporista Wado de Pedro en el ministerio del Interior, si llegara a producirse una ruptura finalmente entre Fernández y el kirchnerismo duro.

¿Y Cristina?

Si hay una estrategia presidencial para fortalecer a Guzmán, ¿qué reacción tendrá la vicepresidenta, que lo quiere lejos?

Hoy Cristina hará una reaparición en la apertura de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamérica (EuroLat), que este año se realiza en Argentina. Habrá representantes europeos y latinoamericanos. Es al mediodía y, si bien el ámbito no sería el adecuado para hablar de asuntos domésticos que poco le interesan a los hombres y mujeres de otro continente, en el oficialismo se escucharán sus palabras con obvia expectativa. “Con ella nunca se sabe”, resumen cerca del Presidente.

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