Dirigentes radicales como Alfredo Cornejo, Martín Lousteau, Gerardo Morales y Facundo Manes, entre otros, no ocultan su deseo de rivalizar con el PRO.
Dirigentes radicales como Alfredo Cornejo, Martín Lousteau, Gerardo Morales y Facundo Manes, entre otros, no ocultan su deseo de rivalizar con el PRO.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Se reconfiguran posturas de la oposición y Mauricio Macri ya no oculta sus ambiciones

El Gobierno trata de barrer bajo la alfombra las tensiones intestinas a fin de poder rubricar un entendimiento con el Fondo, que le dé más aire y prolongue “el rebote” de la economía.

Son tiempos de reacomodamientos tanto para el oficialismo como para la principal fuerza opositora. Si el presidente Alberto Fernández logró recuperar algo de centralidad al evitar la “implosión” del Frente de Todos tras las elecciones y encaminar un acuerdo con el FMI que evite el agravamiento de la crisis socioeconómica, la victoria electoral de Juntos no le permitió a Horacio Rodríguez Larreta liderar la coalición y ahora debe construir su camino hacia 2023 con la sombra cada vez más omnipresente de Mauricio Macri y el desafío que le ha planteado un renovado radicalismo.
En Casa Rosada concentran todas las miradas en ordenar “la tropa” para la defensa de la negociación con el FMI, que tendrá un importante capítulo hoy con el viaje de una delegación argentina a Washington con la misión de ajustar detalles que permitan rubricar una “carta de intención” con el organismo entre enero y febrero próximo.
No hay dudas que para asegurar la continuidad del rebote de la actividad que expone el Indec, con una recuperación de la industria y del 75% del empleo privado perdido a causa del parate devenido de la pandemia, ese entendimiento, que no deja de ser raquítico, “resulta fundamental para dar certezas a los inversores”, como observó un ministro cercano al jefe de Estado. 
El consumo, de a poco, también comienza a reanimarse. Pero, claro, todas las cifras son comparadas con un año de derrumbe como lo fue el 2020 y otro, el 2019, en el que la recesión y una inflación del 56%, tampoco fue una “dicha” de prosperidad. Aquella crisis, por caso, tumbó las aspiraciones de Macri de reelegir.

Reunión
Con este telón de fondo, Alberto Fernández se reunió el viernes con dirigentes sociales afines para sumar apoyos para la negociación con los burócratas de Washington. Hubo fotos, sonrisas y promesas de mayor participación para lo que viene a las organizaciones incondicionales, como el Movimiento Evita, que no dudó en convocar a una marcha a plaza de Mayo cuando el kirchnerismo provocó una crisis institucional tras la derrota en las primarias. “También hubo promesas de más asistencia para armar algo propio”, abundó, con algo de ambigüedad, una fuente oficial consultada.
En el acto del 17 de noviembre por el Día de la Militancia, Fernández adelantó la necesidad de “institucionalizar” el Frente de Todos para que cada sector tenga una silla y pueda plantear sus propuestas. Es un intento velado por minimizar la preeminencia que el kirchnerismo ha expuesto en el espacio desde diciembre de 2019.
De alguna forma, el oficialismo quiere emular la institución que crearon los ex-Cambiemos luego de su salida del poder. La misma que hoy está en pleno debate interno a consecuencia de los resultados de las Legislativas del 14 de noviembre pasado. Fue una elección “con muchos ganadores”, pero ninguno con peso específico para homogeneizar el rumbo de la coalición opositora.
Es por eso que las tensiones no solo se explican con la definición de cargos en el Congreso; esa novela tendrá su final el próximo martes con la jura de los nuevos diputados y la oficialización de las autoridades. Pero hoy hay una presión cada vez más evidente para reconfigurar la Mesa nacional de Juntos por el Cambio, con la incorporación de los “ganadores” de las elecciones legislativas. El nombre del exministro del Interior, Rogelio Frigerio, es fija para sumarse luego de su rotunda victoria en Entre Ríos.

Radicales pisan fuerte
También los radicales quieren comenzar a tallar más fuerte merced a su influencia territorial y a los resonantes triunfos en Santa Fe, La Pampa o Mendoza. Dirigentes radicales como el mendocino Alfredo Cornejo, el porteño Martín Lousteau, el gobernador jujeño Gerardo Morales o el bonaerense Facundo Manes no ocultan su deseo de rivalizar con el PRO por la futura definición de liderazgos.
Asimismo, hay críticas hacia la reaparecida Elisa Carrió, que repartió dardos a Larreta, a radical Lousteau y a Macri en una reciente celebración en su chacra de Exaltación de la Cruz. “No se entiende por qué la Coalición Cívica tiene tres sillas en Mesa, qué aportó en las elecciones. Lilita critica para asegurar un lugar de los suyos, pero suma poco”, analizó una fuente del PRO consultada.

Macri procesado
Pero el expresidente, que esta semana sumó su primer procesamiento desde que abandonó el sillón de Rivadavia en la causa que investiga el espionaje a los familiares del submarino ARA San Juan, mantiene como su antecesora en la Casa Rosada, un juego ambiguo. “Dice que le da libertad a todos para construir, pero quiere volver a ser candidato a presidente. Se equivoca seguido porque se mete en todo, está obsesionado en que se reconozca su presidencia”, opinó la misma fuente consultada. Macri quiere jugar su “segundo tiempo” o por lo menos condicionar la vuelta al poder de los exdirigentes de Cambiemos.
En el entorno de Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal desconfían de las supuestas intenciones de “armador” del expresidente. La exgobernadora aún recuerda cómo en febrero de 2019 el entonces primer mandatario desechó la idea surgida desde La Plata de desdoblar los comicios como una forma de favorecer el triunfo bonaerense en medio de una crisis económica provocada por la corrida del dólar comenzada un año antes.
La ambición del autor del libro “Primer Tiempo” de intentar participar en 2023 de las Primarias presidenciales de “Juntos” podría chocar con las que exhibe la otra espada del ala dura del PRO, Patricia Bullrich, que no se baja de su precandidatura luego de “caminar el país” en la campaña rumbo a las recientes legislativas.
Tal como hizo Cristina en 2017 al usufructuar políticamente aquellas movilizaciones de respaldo en Comodoro Py, el expresidente busca volver a la centralidad de su espacio a través del expediente judicial que sustancia el juez Martín Bava y que determinó en su procesamiento. Las denuncias de “persecución política” que parten desde su entorno se asemejan a la campaña del “lawfare” (guerra judicial) de la que decía ser víctima la exmandataria.

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