Lo esencial
MARKETING APLICADO

Lo esencial

La marca como corazón comercial.

Vivimos una época profundamente condicionada por lo que denomino “la cuestión estética”. Ya no se trata de una preocupación de género o edad sino algo que nos atraviesa a todos, tanto a las personas como a las marcas, que se preocupan más por su apariencia que por su corazón. Tranquilos, no es esta una columna poética sino netamente comercial. 
Mi motivación es una frase de  “El principito”, se trata de una de las más reconocidas: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Si nos quedamos ahí, podemos pensar en el “alma” el carácter y todo lo intangible o invisible que constituye a una persona. Algo que no se pesa ni se mide sino que se siente. Si la idea es ir un poco más allá y profundizando en lo comercial, trataré de explicarlo a continuación. 
¿No les pasa de ir a un lugar, sentirse cómodos y no poder describir los motivos? Por el contrario, ir a otro y a pesar del esfuerzo en los detalles, hay algo que está mal. Una sensación irracional, algo que uno concluye al retirarse, no hay palabras para transmitirlo. Llevado a las personas, podría ser como dicen hoy: “no tiene buena vibra” y en los comercios pasa eso, sobre todo en los gastronómicos. 
En este punto quiero diferenciar una cuestión, cuando nos referimos a las marcas bien trabajadas, esa sensación no es una situación casual producto de las coincidencias. Tampoco de decisiones anárquicas, antojadizas y caprichosas sino de una coherencia en la definición de un objetivo, un concepto y un timón fuerte en la ejecución, momento crítico de todos los trabajos. No es lo que te gusta a vos, lo que le encanta a tu suegra o lo que enamora a tu mujer sino lo que crees que tenés que hacer para ganar dinero. 
Una serie de decisiones que, encolumnadas sobre una estrategia y concepto, abarcan cuestiones tan diversas como una identidad visual, la comunicación, la ambientación, la capacitación del personal y el plato que servis sobre la mesa. La música, los aromas, la indumentaria y el precio. ¿Qué más? Nada más, ni nada menos, pero sobre todo eso que siente la gente cuando se fue de tu negocio y le cuenta a sus amigos o familia como la pasó. Difícil, todo un desafío que solo se logra dejando de lado el ego para ponerse a trabajar al servicio de la reina mayor, tu marca. A fin de cuentas, podrás engañar al ojo distraído de tus clientes pero el corazón es más complejo de conquistar porque lo esencial, es invisible a los ojos. Principio, de “El Principito”.

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