En los próximos comicios, se enfrentarán dos modelos de país diferente.
En los próximos comicios, se enfrentarán dos modelos de país diferente.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Cruce de datos en el final de la campaña

Pese al optimismo del oficialismo en la recuperación económica, el escenario socio-económico sigue siendo complejo.

Más allá de los fuegos de artificio, la campaña de las dos principales coaliciones en pugna coincidió en que en los próximos comicios se enfrentarán dos modelos de país diferentes. Mientras en el Gobierno insisten en que ya se nota la reactivación de la actividad productiva, la oposición rechaza esta percepción y ha centrado las últimas propuestas en medidas para intentar resolver el problema del empleo. 
No extrañó entonces que los precandidatos de “Juntos” a diputado nacional se metieran en el tema. Desde Bahía Blanca, Facundo Manes se concentró en el aspecto formativo para que amplios sectores de la masa laboral no se queden afuera del sistema. Y remarcó que la mejor herramienta para reducir la pobreza “es tener salarios altos genuinos” y -en una sutil diferenciación con el Pro- se manifestó a favor de sustituir importaciones para proteger la industria local. “El mundo hoy se basa en la educación, en la innovación, en la creatividad, en la ciencia y la tecnología. Si queremos prosperar como país, tenemos que volver a invertir en nuestros cerebros”, insistió el neurólogo.
Su rival en la interna opositora, Diego Santilli, al estilo marcopeñista, presentó sus propuestas para salir del estancamiento: extender la moratoria a los comercios y pymes hasta diciembre de 2022, reducir los impuestos al trabajo a los sectores más golpeados y a las pymes agropecuarias y dar impulso a una ley de Empleo Joven.
La diferencia en intención de voto entre los postulantes, que no compartirán búnker a la espera de los resultados, se habría achicado en las últimas semanas. Manes, con todo, sigue apostando a ganador y en las últimas horas reiteró que el “13 de septiembre” comenzarán a trabajar juntos con Santilli para derrotar al kirchnerismo. “Conviene que en las PASO perdamos por poco para así arrastrar votos del randazzismo y de (José Luis) Espert en las generales de noviembre. Siempre nos funcionó mejor de esa manera, de menor a mayor”, fue el particular análisis de un referente territorial consultado.
En Casa Rosada siguen confiados en que el peronismo “se muestra competititivo” tras 16 años en elecciones intermedias, al recordar las derrotas de 2009, 2013 y 2017. Apuestan a una victoria en Provincia y deslegitiman la supuesta diferencia de uno o dos puntos entre ambas alianzas políticas que informaron las últimas encuestas. La unidad, como quedó dicho, es su mejor arma. Por eso, los últimos actos proselitistas estuvieron cargados de un mensaje “agrietado” buscando consolidar el voto duro. El mayor problema aparenta ser la indiferencia ciudadana ante los comicios, que afecta a todas las fuerzas políticas.

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