Axel Kicillof, junto con Alexis Guerrera y Sergio Massa, presentó el tren sanitario para aumentar los testeos y avanzar con una masiva vacunación.
Axel Kicillof, junto con Alexis Guerrera y Sergio Massa, presentó el tren sanitario para aumentar los testeos y avanzar con una masiva vacunación.
PANORAMA PROVINCIAL

Los números de las vacunas que empiezan a pesar en los análisis del escenario electoral

Existen razones poderosas que explican por qué en el Gobierno bonaerense se respiraba un renovado aire de optimismo en los últimos días, en consonancia con el arribo al país de un mayor volumen de vacunas. No se trata solo de una cuestión sanitaria en medio de una segunda ola de contagios que viene dejando desde hace semanas promedios superiores a los 400 fallecidos por día. Existe también una lectura política en torno de aquel escenario que el oficialismo imagina un poco más benévolo.
Acaso esa lectura tenga relación con lo que vienen auscultando politólogos y encuestadores y que tiene que ver con que a medida que se extiende el plan de vacunación contra el coronavirus, se incrementa en sintonía la aprobación oficial al manejo de la pandemia.
En los últimos días uno de esos sondeos arrojó datos reveladores. Concluyó que el 58% de aquellos que tenían a todos sus familiares vacunados aprobaban la gestión oficial en lo que tiene que ver con la pandemia. Sin embargo, ese nivel de aprobación va cayendo en la medida que el avance del plan de inoculación no se expande. En efecto, ese 58% baja al 41% en el caso de que los consultados tengan sólo algunos de sus familiares vacunados y se desploma directamente al 17% cuando la vacuna no llegó a ninguno de ellos.
La Provincia acaba de asignar un millón de turnos con ese nuevo flujo de dosis que arribó al país que le permitiría llegar a casi 4,5 millones de bonaerenses. Aspira a completar la vacunación de la franja etaria que va de 40 a 60 años con comorbilidades y arrancar rápidamente con aquellos de entre 18 y 40 años de edad que tienen afecciones de salud. La aspiración oficial es, si la llegada de vacunas que parece destrabarse no sufre contratiempos, terminar la vacunación durante el mes de julio a los menores de 60 años sin enfermedades.
Ese avance le permitiría a la Provincia comenzar a caminar sobre un terreno un poco más firme cuando llegue la hora de plebiscitarse en las urnas. En menos de dos meses habrá que definir quiénes serán los candidatos y el 14 de septiembre será el primer test en las urnas.

Danza de nombres
En forma paralela la política comienza a transitar etapas en las que la danza de nombres de candidatos gana la escena. El oficialismo alumbró, en las últimas horas, alguna definición: la posibilidad de que el jefe de Gabinete nacional Santiago Cafiero encabece la lista de diputados nacionales por la Provincia habría sido descartada por el propio funcionario.
Esa novedad parece robustecer las chances de la funcionaria nacional y concejal platense Victoria Tolosa Paz. El nombre de Daniel Scioli también aparece en el bolillero. El embajador en Brasil levantó muchísimo su perfil en las últimas semanas en consonancia con las versiones que circulan en el sentido de que no habría que descartarlo. Kicillof, por su parte, tendría decidido incidir más en el armado de las nóminas bonaerenses que de las nacionales. Habría otra definición: en su entorno afirman que ninguno de sus ministros se calzará el traje de candidato.
En Juntos por el Cambio se transita esta etapa con una incógnita que de a poco comienza a dejar de serlo. María Eugenia Vidal ya tendría decidido no volver a ser candidata en la Provincia y se abre un abanico de alternativas en medio de la puja interna entre el macrismo duro y el ala moderada que encarnan Horacio Rodríguez Larreta y la propia Vidal. Por el medio de esa grieta, aunque más recostado sobre el esquema Macri, quien empezó a asomar es Miguel Ángel Pichetto. El exsenador salió a empapelar diversas ciudades de la Provincia para posicionarse como candidato a diputado nacional y sumarse a un lote en el que asoman Diego Santilli, Elisa Carrió, Emilio Monzó y Graciela Ocaña.

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