Axel Kicillof extrema recaudos para que las vacunas se apliquen de acuerdo con las prioridades, sin privilegios.
Axel Kicillof extrema recaudos para que las vacunas se apliquen de acuerdo con las prioridades, sin privilegios.
PANORAMA PROVINCIAL

Las alertas que se encendieron tras el estallido del affaire de las vacunas

En el Gobierno bonaerense juran y perjuran que les sorprendió el affaire del vacunatorio VIP que el ahora extitular de Salud de la Nación, Ginés González García, había montado en la sede ministerial. Que desconocían que por fuera del circuito establecido por las propias autoridades sanitarias estuvieran recibiendo es bien tan vital y escaso como es la vacuna contra el coronavirus, funcionarios, legisladores y amigos del poder.
Esa sorpresa no implica que Axel Kicillof no pusiera en la mira algunas cuestiones que estaban sucediendo en su propio distrito. Sin llegar al nivel del escándalo nacional, en algunas comunas gobernadas por el oficialismo se estaban registrando cuestiones por lo menos opacas en el manejo de las pocas dosis disponibles de Sputnik V. El caso de Henderson es el más notorio: allí, se utilizaron cerca de 100 dosis para vacunar a funcionarios comunales porque, aseguraron en el propio gobierno comunal, “sobraron” vacunas luego de inocular a quienes se habían anotado.
Mientras esa polémica se alimentaba con otros casos como el que se produjo también en la oficialista comuna de Navarro y la oposición comenzaba reaccionar, en la Provincia se produjo un encuentro reservado de los directores de las regiones sanitarias. También, se multiplicaron los contactos con intendentes y directores de hospitales. “Lo de Henderson no puede pasar más”, fue la orden surgida desde el Ejecutivo.
Fue apenas unas horas antes de que González García saliera eyectado del cargo. En la Provincia olfateaban que la polémica iba a terminar escalando si no se empezaba a bajar un mensaje más claro sobre la forma en que hay que disponer de las dosis de Sputnik que quedan hasta que en los próximos días arriben las primeras 150 mil dosis provistas por el laboratorio AstraZeneca.
Una de las decisiones pasó por reforzar la convocatoria a quienes integran los grupos de riesgo y se anotaron para recibir la vacuna. A los mensajes por mail y telefónicos, se sumará un refuerzo vía WhatsApp. La idea pasa por evitar ausencias por lo efímera de la duración que tienen las dosis una vez sacadas del frío. Y evitar, de paso, que haya funcionarios y familiares a la pesca de faltazos oportunos.
Esas denuncias van ganando terreno en otros distritos y ponen en superficie y en debate la decisión de la Provincia de montar un plan en lugares por fuera de centros asistenciales y con gente que se tuvo que capacitar con ese fin, muchos de ellos militantes juveniles. 
En términos políticos, al gobierno bonaerense le cayó bien la entronización de Carla Vizzotti en la cartera sanitaria nacional por dos cuestiones. La primera tiene que ver con lo operativo y con las afinidades. Si bien no existían chisporroteos notorios con el ex ministro, la relación con su sucesora es más fluida.
Pero además, Kicillof evitó desprenderse de parte de su propio equipo de Salud en pleno desarrollo del plan de inoculación. Tanto su ministro Daniel Gollan como su viceministro Nicolás Krepak aparecieron en algún momento en la ronda de nombres de posibles sucesores de Ginés. “Nadie los llamó, fueron puras especulaciones”, dicen cerca del gobernador. En algún momento trascendió con más fuerza el nombre de Kreplak, un dirigente de La Cámpora que, como dato anecdótico, fue quien aplicó la vacuna a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En medio de los chispazos políticos generados por el uso discrecional de parte de las pocas dosis conseguidas -en la Provincia la oposición está reclamando que se cree un registro para determinar con nombre y apellido quien recibió dosis-, la Provincia proyecta que para que cuando llegue el invierno puedan estar vacunados cerca de 6 millones de bonaerenses, entre mayores de 60 años y grupos de riesgo. Ese sería el escenario ideal, dicen los funcionarios, para afrontar una eventual segunda ola de contagios. Con ese nivel de inmunidad, creen, alcanzaría para evitar el escenario más temido: el colapso del sistema sanitario y tener que volver a las restricciones de actividades económicas y al confinamiento estricto.

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