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MARKETING APLICADO

Rasgo local.

La identidad como valor diferencial.

A veces me pregunto que sería nuestra ciudad sin el comercio local. Algo así como cerrar los ojos y que en lugar de “lo nuestro” surgieran negocios clonados, franquicias, grandes marcas de otras tierras; sería como un “no estar”. Claro, también podemos identificarnos por las plazas y al llegar a la 25 de mayo veríamos la Escuela N 1, el Banco Nación y demás edificios característicos. No me refiero a la frialdad de los carteles de chapa o las lonas desgastadas sino a lo que significan como espacios y experiencia inconsciente. 

Lamentablemente muchas quedaron en el camino, tan ricas y llenas de historia como carentes de reacción; no supieron, no quisieron o no les llegó el tiempo del asesoramiento. Hoy solo la nostalgia de algunos fundamentalistas de la cuestión local las rescata, incluso recordándolas con mucho más cariño ahora que cuando estaban vigentes; ese amor póstumo que nos encanta. 

Sería contradictorio si manifestara una posición contraria a las franquicias y negocios que llegan de afuera. Lo que quiero decir es que nuestros comercios deben ser el contrapunto de la uniformidad y la despersonalización que proponen las cadenas. Apostar a la diferenciación como herramienta fundamental. 

¿Cuál es la clave?
Se trata de promover comercios claramente identificados con el entorno y las costumbres, aprovechar su historia, conocer a todos y cada uno de los clientes, ofrecer una experiencia agradable y por sobre todas las cosas flexibilizar el servicio de acuerdo a las necesidades de estos clientes que tan bien conocemos. Espacios de encuentro, de conexión de emociones; implica trascender el hecho de la compra-venta ya que hoy la nueva demanda es líquida, ya no depende de nosotros y puede acudir a diferentes lugares para satisfacer su necesidad, incluso en muchos casos puede hacerlo desde su casa a través de una pantalla. 

¿Qué tenemos para ofrecer?
En un mundo globalizado, nuestra ciudad no puede ser una burbuja. Nos atraviesa una competencia cada vez más amplia y desconocida; ante esta nueva situación podemos escuchar al reloj que atrasa o despertarnos. Identificar por qué nos elijen y focalizarnos en eso. 

Claramente en muchos casos no podemos competir por precio y en todo caso nuestros representantes deberán poner las condiciones diferenciadas para el comercio local y las grandes cadenas. El punto es encontrar eso que la gente quiere y en todo caso adaptarnos a los nuevos tiempos. Ya hay muchos que lo están haciendo, una cadena virtuosa que viene de las nuevas generaciones, no me refiero a edad sino a la condición de generar y re-generar propuestas para que los juninenses se sientan como en casa para siempre. Si querés que compre local, vendeme local. 

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