MARKETING APLICADO

D10S

Los límites de una marca.

Esta página se presentaba en blanco, como el vacío que tuve al enterarne. No pude resistir el impulso de escribir, sobre todo al entender que algo terminó. Quizá sea la infancia de una generación de argentinos que ya peina canas. Su vida fue una incoherencia total, un defecto que solo él pudo convertir en virtud y algunos rapaces extendieron al desarrollo de productos en su nombre. 
Con Diego se nos va el universo mágico de quienes nos refugiamos en el fútbol para seguir jugando como niños. Un lenguaje que va mucho más allá del campo de juego y tiene rebote en un muchas de expresiones que nos hacen felices, algo que solo los futboleros podemos entender. Amuletos, ceremonias y rituales. Una cuestión cultural. 
La vida de Diego fue una incoherencia total (léase coherencia como la cohesión o relación entre una cosa y otra). Es que no hay ningún vínculo entre el punto de partida y el destino del astro mundial. Inimaginable, desde Fiorito hasta ser el hombre más famoso del mundo. A partir de ahí, los juicios de valor necesariamente deberían ser contextualizados. 
La mención de su apellido ubicó a nuestro país en el mapa siendo referencia en un sinfín de situaciones de viajeros por el mundo: “Argentina, Maradona!” y llegaba la ayuda con una amplia sonrisa. La capacidad de un nombre propio que no encuentro en ningún otro caso. 
Por su peso y valor en la memoria colectiva, el intangible “Maradona” es un recurso que despierta el interés de muchos. Sobre todo de quienes creen que pueden trasladarlo al desarrollo cualquier tipo de productos o servicios. De allí surgieron un amplio y dispar abanico de ensayos que van desde vinos económicos, alfajores, pastas, cigarros y otros proyectos que quedaron en el olvido. Un manoseo que fue erosionando su valor. 
La coherencia es uno de los valores más importantes de una marca. Entender y proyectar sus valores sería el primer paso para promover una oferta que tenga relación lógica con lo que representa. Creer que solo el nombre puede resolverlo todo es una omisión de algunos cortoplacistas que lo venden al mejor postor y se desentienden de su destino. Son los mismos que tiraron de la cuerda hasta que un día se cortó. En este nuevo capítulo, evitar el manoseo es un buen comienzo. La marca Maradona debe ser protegida de los incoherentes y oportunistas porque finalmente, la pelota…la pelota no se mancha. Gracias Diego.

COMENTARIOS