Una historia del Día de la Madre
TRIBUNA DEL LECTOR

Una historia del Día de la Madre

Hola a todos. JS soy, como siempre digo. Y en ese “soy” se esconde parte de una historia que mañana, en el Día de la Madre, cobra aún más sentido transmitirla. Porque hoy me encuentro revirtiendo su historia, una que me dolió por muchos años y que hace un mes cobró otro sentido. JS SOY, hoy, con 10 kilos menos que hace un mes. Hace un mes me daba cuenta de que mis piernas se acalambraban, que mi cuerpo me pesaba y no me estaba sintiendo bien. Cualquiera puede decir, y yo lo afirmo, que doce horas en la cocina no es poca cosa, pero acá la culpa la tenía yo. Yo, que sin darme cuenta me encontraba repitiendo la misma historia de mi mamá, quién murió de un ataque al corazón a los 42 años por no poder decir hasta acá. Por no quererse, pero por sobre todo, por no darse cuenta de que uno cuando es padre tiene que dejar de ser egoísta y pensar más allá. Más allá de uno y de sus ganas. Punto. Más allá de uno. 
Te amo mamá y eso no va a cambiar. Pero durante diez años le pregunté a la vida por qué.  Buscaba una respuesta sin darme cuenta de que la vida, paradójicamente, me iba a poner en la misma situación. Una respuesta que me llegó cuando yo tuve la capacidad de verla. Una respuesta que no me había llegado ni cuando le doné el riñón a mi hermano y los médicos o mi esposa me decían hasta acá. Ahora cuidate. 
Dejame decirte que donarle el riñón a mi hermano no fue fácil, ni psicológicamente ni corporalmente, pero hay veces que cosas tan simples, como cuidarse uno, nos cuestan más. Yo estaba siendo egoísta. Yo no me estaba cuidando y así no podía cuidar, yo no me estaba amando y entonces no podía disfrutar. Ni mi trabajo ni la cocina ni mi familia. Yo estaba repitiendo la historia. Así que un día me empecé a mover, como te pido a vos que lo hagas. Sea cual sea tu situación. Ponete música, invitá a un amigo, movete. Encontrá un motivo porque siempre los hay. Hacete un circuito, como yo, que sin darme cuenta me armé un recorrido que va por el Ciclista y pasa por el Cementerio Central donde está la vieja. Ahí, le tiro un beso para que me dé más aire en este nuevo respirar y poder seguir. 
Y sigo, y me encuentro en la sombra asentando solo con la cabeza. Un movimiento de afirmación por tratar de aceptar todos los días el dolor de perder una madre y por otro lado el camino que tomé. Como persona y como padre, en diciembre, de mi segundo amor. Dejame decirte que no soy vegano, no soy vegetariano y que no vengo a predicar. Estoy acá para compartirte hoy un pedacito de esta nueva receta en la que estoy entre tanto quilombo de harina y vida. Un pedacito de mi “soy”. Espero que pases un hermoso Día de la Madre y le hagas saber, esté donde esté, que acá estás, tratando de buscar siempre, o cada día, una mejor versión de vos. Por ella y por vos. Gracias.

JS Cocineros

PD: cuento con la ayuda de mi nutricionista, porque me pareció lógico para alguien que no sabía comer a pesar de saber cocinar. 

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