Clase media empobrecida
Agustín Salvia
OPINIÓN

Clase media empobrecida y tendencia en alza por la profundidad de la crisis

Agustín Salvia, de la UCA, advierte que en el segundo trimestre el indicador “ya gira en torno al 46 ó 47 por ciento” de la población.

 

El explosivo aumento de la pobreza en la Argentina contiene una novedad estadística y social: sectores medios y medios-bajos de la población cayeron en el flagelo a consecuencia de la crisis económica y de la paralización de la actividad que provocó la pandemia de coronavirus. Se trata de familias que no estaban protegidas por los programas sociales, porque antes no los necesitaron. “La pobreza tiene movimientos internos”, aseguró a EL DIA el director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, Agustín Salvia, a la hora de explicar los motivos por los cuales la medición del Indec registró 1.743.864 nuevos pobres entre el segundo semestre de 2019 y el primero de 2020. Y actualmente alcanza en total a 18,5 millones de personas. Para Salvia, lo que ocurrió este año es que “hogares con menos dependencia de programas sociales, que no eran pobres extremos, cayeron allí a pesar de la asistencia pública, porque lo que perdieron fue el empleo”.

 El prestigioso académico de la UCA recordó que actualmente hay unos 3,6 millones de desocupados en el país. Dentro de los hogares que ya estaban por debajo de la línea de pobreza, el aumento de la asistencia por parte del Estado –en planes como el IFE, la Tarjeta Alimentaria o el refuerzo de la AUH- operó como un “elemento de compensación”, pero al mismo tiempo acentuó una “mayor dependencia de la asistencia pública por parte de sectores informales”, advirtió Salvia. El especialista sostuvo que, dentro de las estadísticas del primer semestre, existen “dos realidades muy distintas”: una situación se dio en el primer trimestre, cuando las familias recibieron el aguinaldo, bonos y contribuciones como la Tarjeta Alimentar; y otra diferente ocurre desde abril, en el inicio del segundo trimestre, cuando se desplomó la actividad. Por ende, según precisó Salvia en contacto con este diario, actualmente el índice de pobreza “ya gira alrededor del 46 o el 47 por ciento y lo mismo ocurre con la tasa de indigencia, que en el segundo trimestre superó el 13 por ciento”. LAS MEDICIONES La Universidad Católica Argentina, dentro de la cual se desempeña el OSDA a cargo de Salvia, lleva sus propias mediciones de pobreza e indigencia desde 2010; y las mantuvo incluso en períodos en los que el gobierno de turno dejó de realizarlas. “Como todos los años, en la primera semana de diciembre vamos a comunicar nuestra encuesta a nivel nacional”, confirmó.

La profundidad de la crisis económica potencia el flagelo de la pobreza. Salvia explicó que “hubo una caída del producto que acumuló un 16/17 por ciento en los últimos tres años, los dos últimos del Gobierno de (Mauricio) Macri y este 2020, con pandemia incluida”, lo que lleva a equiparar la situación actual a “lo que ocurrió con la crisis de 2002”.

Afirmó que el índice de pobreza se mantiene en niveles más bajos que en aquella gran crisis –considerada la peor de la historia argentina- porque “las políticas sociales ofician de sostén”, aunque advirtió que “el piso de protección no permite salir de la indigencia ni de la pobreza”. “Nuestras estimaciones indican que habría 4 ó 5 puntos porcentuales más de pobreza e indigencia si quitáramos esas ayudas sociales”, calculó el académico y consideró que “constituyeron un fuerte componente de compensación frente a la falta de trabajo y la exclusión del trabajo de sectores que lo tenían”. Para Salvia, hay una “mayor dependencia de los sectores pobres e informales de la asistencia pública”, algo que presenta “un horizonte poco prometedor en materia de recuperación económica, porque más allá de que haya un pequeño rebote, significará mantener elevados niveles de pobreza e indigencia”.

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