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OPINIÓN

Día de la Ancianidad


Se celebró ayer (28 de agosto) el Día de la Ancianidad. Ese mismo día, pero de 1948, Eva Perón, Evita, escribió y anunció el Decálogo de la Ancianidad, dando muestra de su permanente preocupación por los derechos de los más desprotegidos y estableciendo un cambio de paradigma vanguardista: se pasaba de una mirada asistencialista hacia la consagración de los adultos mayores como sujetos de derechos.
El 15 de octubre de ese año, en el ministerio de Trabajo, Eva leyó la Declaración de los Derechos de la Ancianidad y le solicitó al presidente Juan Domingo Perón que fuera incorporado a la legislación y a la práctica institucional de la Nación, el cual fue incluido en la Reforma Constitucional de 1949.
El decálogo comprendía Derechos de asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física, cuidado de la salud mental, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto. Con la universalización de las medidas, el Gobierno Peronista buscaba darle una vida más plena, autónoma y con más derechos adquiridos a las personas de la tercera edad, siempre en el marco de su política de justicia social.
De aquel pionero decálogo hasta nuestros días, los derechos de nuestros abuelos y abuelas han sufrido los vaivenes de los procesos políticos, sociales y económicos del país. Hubo avances y retrocesos. Pero desde la asunción del Gobierno que encabezan el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner vemos cómo los Derechos expresados en el decálogo se empiezan a reconstruir día a día en pos de una mejor vida adulta.
Se hace necesario en esta fecha un repaso de las principales medidas tomadas a partir del 10 de diciembre hasta hoy, para poner de manifiesto que nuestros adultos mayores cuentan con un Estado que, como aquel que soñó Evita, los tiene en lo más alto de la consideración pública. Entre aquellas medidas referidas al cuidado de la salud física, como los medicamentos esenciales gratuitos sin distinciones, las masivas campañas de vacunación antigripal, el congelamiento del precio de los medicamentos y con antelación en el tiempo. El fortalecimiento del esparcimiento con medidas de sostenimiento y ayuda económica a los Centros de Jubilados. El mantenimiento de los lugares de recreación y contención. El derecho de asistencia a través de la entrega del programa Pro Bienestar para situaciones vulnerables, el lanzamiento del programa comunidad PAMI, entre otras.
Nos toca continuar con el legado de Evita, en el marco de esta Pandemia que estamos atravesando, y es por eso que el Estado se centró en cuidar la salud de todos los Argentinos y Argentinas, pero con un especial énfasis en la de los Adultos Mayores, población con mayor riesgo sanitario y la que mejor se está cuidando.
Hoy reafirmamos nuestro compromiso para cuidar a nuestros adultos mayores. Haremos nuestro mejor esfuerzo para que nuestros viejos no sean la variable de ajuste, sino la memoria viva de nuestra experiencia colectiva.


(*) Director de PAMI Junín. Dirigente de Bases Ciudadanas.

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