Sergio Berni, con sus posiciones duras y declaraciones extremas, fue el centro de fuertes controversias.
Sergio Berni, con sus posiciones duras y declaraciones extremas, fue el centro de fuertes controversias.
LA PROVINCIA

El fuego amigo exhibió el límite de la tolerancia de la Casa Rosada con Berni

Sergio Berni y sus críticas a distintos aspectos del manejo de las políticas de seguridad a nivel nacional esta vez encontraron respuesta. Acostumbrado a los disparos dialécticos unidireccionales, el ministro de Seguridad bonaerense fue blanco de fuego amigo. Se trata de una novedad política en la relación entre la Casa Rosada y la Gobernación: por primera vez, los reclamos del hiperactivo ministro fueron repelidos con tono elevado.
Existiría cierto hartazgo en ámbitos del Gobierno nacional por los modos y las formas que elige Berni para marcar la cancha y, de paso, dejar en off side a los encargados del diseño de las políticas de seguridad nacionales liderados por Sabina Frederic. El nivel de tolerancia, a juzgar por la dura réplica de Frederic al funcionario bonaerense en el encuentro que tuvo lugar hace algunos días del que fue espectador principal el gobernador Axel Kicillof, habría llegado a un límite.
Ese contorno comienza a tornarse difuso cuando se analiza lo que vino luego, con ineludible formato de especulación alimentado por fuentes cercanas al poder: la posibilidad de un alejamiento de Berni del ministerio de Seguridad.
¿Fue la Casa Rosada por la cabeza del abogado, médico y militar? ¿Existió un mensaje directo del Presidente a Kicillof para pedirle que le soltara la mano? Las respuestas aportan desmentidas que no alejan las versiones. Más aún, porque en algún que otro sector del propio equipo bonaerense se reconoce que acuña fastidio tanto la alta exposición pública del funcionario como sus posiciones, interpretan, proclives a la mano dura y al dejar hacer a la Policía. Es la misma mirada escrutadora que le dispensan influyentes organismos de Derechos Humanos afines al kirchnerismo.
La otra novedad política del caso tiene que ver con que las críticas de Berni a Frederic y la dura réplica de la funcionaria, esta vez no fueron inocuas. Acaso pueda interpretarse como un acuse de recibo la cumbre que protagonizaron Cristina Kirchner, su hijo Máximo y Kicillof donde se habría analizado aquél clima de tensión. La vicepresidenta sigue siendo el principal sostén político de Berni al que le reconoce una lealtad insobornable. Fue ella quien lo propuso para hacerse cargo del Ministerio en la Provincia y no parece dispuesta a dejar que lo arrastre la ira que el propio funcionario fue prolijamente sembrando cerca del presidente Alberto Fernández.

Ratifican a Berni
“Seguimos como siempre, con Sergio adentro”, decían cerca de Kicillof para reafirmar que no hay salida prevista de Berni, el controvertido ministro que también debió lidiar con el fuego amigo que le llegó de parte de algunos intendentes del Conurbano que ven cómo se disparan los índices de inseguridad en sus distritos.
En la Gobernación realizaban dos lecturas respecto del nuevo cruce entre Berni y Frederic. La primera, si se quiere impregnada de un fuerte pragmatismo, es que en medio de las acusaciones entre ambos funcionarios la Provincia consiguió lo que venía buscando desde enero: que el Gobierno nacional desplegara fuerzas federales en las zonas más calientes del Conurbano. La segunda, si se quiere un poco más picante, que se montó una “operación” para ir por la cabeza del funcionario. Ubican, acaso con cierto tacto, algún lugar impreciso del Gobierno nacional como usina de aquellos rumores. “No conocen a Axel: jamás va a cambiar un funcionario que es objeto de una operación”, afirman.
Creen además que constituye “un capricho” la supuesta embestida para correrlo del cargo. “Sabemos que hace falta mejorar muchísimo en materia de seguridad, pero en general la gente ve bien cómo actúa el ministro”, acotan. Sobre esa percepción trabaja el propio Berni con su otro objetivo: el de robustecer su figura pública con el innegable propósito de proyectarse como eventual candidato. Su nombre aparece en el bolillero de los posibles postulantes para legislador nacional en 2021, aunque su propósito pase por reemplazar a Kicillof en 2023.
Pero los dimes y diretes del caso no despejan la cuestión central: el del avance del delito. En los últimos tiempos proliferan los robos protagonizados por jóvenes sin antecedentes que van por montos pequeños de efectivo en la calle y a toda hora. Y que suman a una situación preexistente que dispara los índices de inseguridad. Algunos intendentes que se cruzaron con Berni en las últimas horas advirtieron ese fenómeno que los coloca en una compleja situación frente a sus vecinos. Lejos de las sospechas, de los cruces entre ambos gobiernos y de una eventual candidatura del ministro.

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