Mientras arreciaban las versiones de una inminente renuncia, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, recibió un apoyo muy significativo en términos políticos para continuar en el cargo: Cristina y Máximo Kirchner dieron su aval en un encuentro reservado con Axel Kicillof. La reunión tuvo lugar ayer al caer la tarde en el Senado de la Nación, hasta donde llegó el Gobernador para intercambiar opiniones con la Vicepresidenta y el jefe del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, confirmaron a fuentes cercanas a los participantes. El encuentro tuvo lugar mientras Cristina entraba y salía de la sesión del Senado. Y en medio de fuertes versiones que daban cuenta de que Berni tenía las horas contadas al frente del Ministerio de Seguridad bonaerense, tras el nuevo cruce que tuvo con su par nacional, Sabina Frederic.
Aunque trascendió que Cristina, Máximo y Kicillof habían evaluado algunos nombres en caso de que Berni presentara la renuncia –como el de Martín Arias Duval-, los voceros afirmaron que el ministro de Seguridad está “firme como buen soldado”. No obstante, tuvo que salir el ministro del Interior, Wado de Pedro, a desmentir que el presidente Alberto Fernández le haya pedido a Kicillof que eche a Berni. Ya se sabe que el titular de la cartera política nacional juega en tándem con Cristina y con Máximo Kirchner. “Son algunos pícaros que instalan versiones”, deslizaron en el entorno de la Vicepresidenta en referencia al presunto estado de fragilidad en que se encuentra Berni. El ministro de Seguridad se llamó a silencio y todo parece indicar que recibió una orden de su jefatura política. Mientras tanto, el Ministerio de Seguridad nacional despliega este viernes un operativo en ocho municipios del Conurbano con gendarmes, policías federales y prefectos a pedido de los intendentes que están preocupados por un rebrote de la inseguridad en sus distritos. Berni, que es afecto a presenciar ese tipo de operativos en el territorio, en esta oportunidad no apareció frente a las cámaras. Para Cristina y Máximo, y también para el gobernador Kicillof, será ahora una tarea hacer que los intendentes peronistas depongan sus críticas a Berni.
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