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OPINIÓN

Venezuela, otro “chispazo” para seguir calentando la interna del kirchnerismo

Sectores cercanos a la vicepresidenta toman como una afrenta la marcha atrás en el caso Vicentin y con el impuesto a la riqueza

Alberto Fernández volvió a sentir como heridas en su propio cuerpo las críticas que le hacen desde el ala dura del kirchnerismo. Si bien puertas adentro del Gobierno pidió a sus colaboradores “responder con gestión”, ayer volvió a tomar la palabra para tratar de suavizar un duro cuestionamiento de Víctor Hugo Morales, que le reprochó en su programa de radio la postura de la Cancillería Argentina ante el caso de Venezuela. Tal como ya lo había hecho con la carta que dio a conocer la organización Madres, con Hebe de Bonafini a la cabeza, el Presidente optó por responder rápidamente ante el “fuego amigo” que le llega desde sectores afines a Cristina Kirchner. “Se hace intolerable ver a un gobierno, que uno imaginó de centroizquierda, de rodillas frente a los Estados Unidos, a Trump”, disparó Morales. Desde la quinta de Olivos, Alberto F. llamó a la radio que AM 750, que supo gerenciar su actual secretario de Medios, Francisco Meritello, para aclarar su postura sobre Venezuela. “Se ratificó la defensa de los derechos humanos, como en cualquier lugar del mundo. Y también la Argentina planteó una preocupación por el bloqueo”, remarcó el Presidente en su contacto con Morales. El cruce entre Alberto F. y el periodista identificado con el kirchnerismo se convirtió ayer en un nuevo episodio de los cortocircuitos que se registran en la coalición gubernamental con la marcha del Gobierno. Antes que la postura de Cancillería sobre Venezuela ante la ONU, la controversia había surgido por la invitación a representantes de cámaras empresarias a Olivos el 9 de Julio. Según pudo saber EL DIA, hay otros dos hechos que le quedaron atragantados a los sectores ligados a la vicepresidenta: la marcha atrás de Alberto F. con el plan para expropiar la cerealera Vicentin; y la falta de iniciativa política de la mesa chica gubernamental para avanzar con el impuesto a las grandes fortunas. Los reproches llegan asiduamente a los oídos presidenciales. “Nunca hemos desconocido la legitimidad del gobierno de Venezuela. Nosotros no reconocemos a Guaidó, como sí lo hizo el Gobierno anterior”, le aclaró el Presidente a Víctor Hugo, para marcar diferencias con la administración de Mauricio Macri. En la misma línea se manifestó el canciller Felipe Solá: “Seguimos diciendo que a los problemas de Venezuela, los resuelven los venezolanos”. PAÑOS FRÍOS En medio de un clima de tensión interna, dirigentes de distintos sectores del Frente de Todos hicieron fila para poner paños fríos. Uno de ellos fue Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados, quien –durante una visita al distrito de San Fernando, al norte del Conurbano- advirtió que “es el momento de unir fuerzas” y no de potenciar “miserias” que perjudican al Gobierno. Massa hizo incluso una comparación con lo que sucedía en el Gobierno anterior. “La oposición y el oficialismo son coaliciones donde puede haber disidencias: la Coalición Cívica y el radicalismo le reclamaban al presidente Macri”, recordó el titular de la Cámara baja. En ese ámbito, Massa tejió una relación política con Máximo Kirchner, quien preside el interbloque del Frente de Todos. A diferencia de su madre, que envió señales de descontento al Presidente, Máximo se mantiene en silencio y desde La Cámpora, la organización que lidera, lanzaron la consigna de “abrazar a Alberto”. El ministro bonaerense Andrés Larroque, secretario general camporista, comentó al respecto: “Le bajaría la tensión a las expresiones disonantes dentro de la coalición” de gobierno. “Todos nos tenemos que tener más compresión y paciencia. No dejamos de ser un frente que se consolidó hace poco más de un año y debemos hacerlo en un contexto inédito. Tenemos que aceitar la comunicación interna”, advirtió el funcionario del gobernador Axel Kicillof, otro de los que se mantiene en silencio, ocupado a tiempo completo con la pandemia del coronavirus. Gabriel Katopodis, el ministro de Obras Públicas nacional, fijó por su parte una línea política clara: “La hoja de ruta es para todos lo misma; somos un gobierno liderado por el presidente Alberto Fernández y tenemos prioridades que no cambiaron por la pandemia, en todo caso la pandemia aceleró los objetivos”, dijo uno de los funcionarios que integran la línea “albertista” del FdT. Desde afuera del Gobierno, el ex ministro Roberto Lavagna –que suele aconsejar al Presidente- lamentó el “ombliguismo de gente con demasiadas ambiciones e intereses”, mientras que la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo que “no se puede hacer una carta al voleo y poner piedras en el camino”, con lo cual envió un claro mensaje crítico hacia Bonafini.

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