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OPINIÓN

Cambiemos y el rechazo a la defensa de los trabajadores

Desde 2017 vengo participando en la Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, Suiza, como parte de la delegación de los trabajadores/as de la Confederación General del Trabajo (CGT) y 2019 no fue un año más: fui parte no solo de los cien años de la OIT, sino que además participé de la aprobación de un convenio histórico, el 190, que trata sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
En el recinto de las Naciones Unidas, delegados de gobiernos, trabajadores y empleadores de los 187 Estados miembros de la OIT votamos la aprobación del convenio 190 sobre violencia y acoso laboral hacia trabajadores y trabajadoras, en el ámbito laboral.
Los números para su aprobación fueron: 439 a favor, 7 en contra y 30 abstenciones. El dato más revelador de esa jornada histórica es que una de esas abstenciones estuvo en manos de los empresarios argentinos, recibiendo el repudio de nuestra CGT.
Precisamente un año después de la aprobación del convenio, en junio de 2020, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, envió el proyecto de ley al Congreso Nacional para que ratifique dicho convenio.
El miércoles pasado, en el Senado de la Nación, se trató el convenio internacional 190 – OIT, se obtuvo el apoyo de toda la bancada del Frente de Todos, pero como si fuera un deja vu de aquel junio de 2019, la normativa internacional experimentó el rechazo de los senadores de Juntos por el Cambio, con el argumento de que no participarían de la votación en modo virtual, siendo un tema que no está directamente relacionado con la pandemia de Covid-19, dándoles la espalda, una vez más, a la población más vulnerable.   
Todavía me resuenan las palabras del senador nacional Naidenoff, donde allá por abril del 2020 (en pleno comienzo de la cuarentena) se manifestaba con respecto al pedido que realizara la presidenta provisional del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, ante la Corte Suprema de Justicia a través de una acción declarativa de certeza para que se expida sobre la constitucionalidad de realizar sesiones en modo virtual, el senador decía: "…El planteo (de CFK) es una herramienta para impedir que el Congreso funcione…". 
Está claro que todavía quedan dirigentes que creen que, cuanto peor le vaya al gobierno de Fernández, mejor les pueda ir a ellos (Juntos por el Cambio), y sistemáticamente ponen palos en la rueda.
Pero así funciona Cambiemos, ya estamos acostumbrados, resistiéndose a dar el debate en el seno de la legislatura, obviamente le sienta mejor lo mediático, siendo esquivo cuando se trata de promulgar leyes que protejan parte de la sociedad más débil.
Entiendo tal posición, por cuanto los últimos cuatro años nos acostumbraron a que el Congreso funcionara como una escribanía en favor de los poderosos.
Pero no nos detengamos en las mezquindades. El convenio 190 – OIT hay que resaltar tiene aspecto novedoso, por cuanto se aplica a todos los sectores, tanto  público como privado, en la economía formal como informal, en zonas urbanas como rurales -cualquiera sea su situación contractual-, reconociendo a la parte más vulnerable de la relación laboral.
Es importante saber que por primera vez se ha establecido el derecho en el ámbito laboral libre de violencia y acoso.
Hay que entender que los convenios de la Organización Internacional del Trabajo OIT para que adquieran jerarquía de ley deben ser ratificados por el Congreso Nacional.
Una vez ratificado por ambas cámaras, no solo ostenta el carácter de norma con jerarquía superior a las leyes, sino que adquiere jerarquía constitucional.
Una lástima que cuando aquellos que se llenan la boca hablando de la República sean incapaces de proteger a la población más vulnerable poniendo “palos en la rueda”.


(*) Titular de la Delegación del ministerio de Trabajo de la Nación en Junín.

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