Obligados a salir a la calle con máscaras pareciéndonos extraño, y hasta a veces incómodo, pero lo que no nos damos cuenta es de que vivimos con máscaras todo el tiempo sin necesidad de pandemia. Usamos máscaras con personalidades ficticias adaptándonos al entorno protagonizado por el ego, cuya base es, por lo general, el miedo. Es decir, creamos máscaras para mantener una falsa seguridad.
Empecemos definiendo Ego, viene del latín y significa “Yo”, conciencia del individuo, de la propia identidad, entendida ésta como su capacidad para percibir la realidad. El ego es lo que pensamos que piensan los demás de nosotros, cuánto pensamos que nos quieren los demás, colocando máscaras de distintos personajes para agradar a los otros, para sentir pertenecer a algún grupo social, jugando a personajes enmascarados soberbios, superiores, con el poder de la verdad absoluta, sólo por el miedo e inseguridad de no encajar y parecer vulnerables.
Creamos personajes impulsados por nuestras creencias limitantes más profundas, viviendo en piloto automático sin saber porqué y para qué nos boicoteamos en un sufrimiento asegurado. Usando estas máscaras nos desconectamos de nosotros mismos entrando en incoherencia, donde es imposible estar alineados en lo que pensamos, sentimos y hacemos, si no sabemos quiénes somos en realidad. Llegamos a creernos nuestros personajes enmascarados favoritos.
Si te pregunto ¿qué hay detrás de la máscara? ¿Quién sos sin máscara? Esa es la pregunta del millón. Por lo general las respuestas son tu nombre, edad, en que trabajás o estudiás, cómo se compone tu familia y en lo que tenés. ¿Pero quién sos, más allá de tu identidad?
El auto conocimiento es la clave para saber quiénes somos, y tiene que ver con aquello que sentimos realmente y nos mueve el alma, con aquello que queda cuando las máscaras se caen y todo lo demás se desvanece. Descubrir aquello que te da felicidad y nuestro propósito en la vida, sacando tus dones y talento al mundo. Vivir sin máscaras es posible a través de tu auto conocimiento y autoestima, que a diferencia del ego, se relaciona con cuánto nos queremos a nosotros mismos, donde lo importante es lo que pensamos sobre nosotros mismos, actuando con integridad según nuestros valores de manera auténtica, segura y en libertad de ser quienes somos.
(*) Coach educativo, neurosicoeducadora, coach emocional
Instagram: @danielatrech
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