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Axel Kicillof refuerza los controles para sostener la cuarentena.
LA PROVINCIA

La extensión sin plazos de la cuarentena comienza a resquebrajar la tregua política

La extensión de la cuarentena defendida a ultranza por el Gobierno provincial como método virtualmente indispensable e infalible para contender los contagios producidos por el coronavirus viene generando malestar entre distintos sectores. La pregunta que sobrevuela en toda y cada una de las conversaciones por ahora no tiene respuesta: nadie atina con datos certeros y concretos, a establecer hasta cuándo habrá que convivir con el confinamiento.
Esa prolongación sine die aumenta la angustia. Aunque por ahora tenues, afloran reclamos ciudadanos para que se flexibilicen algunas prohibiciones ya no solo de actividades comerciales -uno de los sectores que más viene sufriendo el brusco freno de la economía-, sino de aspectos que tienen que ver con la recreación y el contacto social.
En el gobierno de Axel Kicillof se mantienen firmes en manejar el torniquete con rienda corta. Ayer el propio Gobernador dijo que los expertos con los que habla casi a diario opinan que hay que sostener el aislamiento. El consejo que recibe el mandatario pasa por extremar los controles y flexibilizar permisos solo en aquellos distritos donde la circulación viral es prácticamente nula.
Fin de la tregua
La política, sin embargo, comenzó a resquebrajar esa cuarentena. Al menos, la tácita tregua que imperó casi como por imposición en medio de la inquietud que invadió el país por los alcances imprecisos que pudieran tener los contagios. Algunos movimientos opositores comienzan a aparecer en los radares oficiales. 
En despachos de la Gobernación creen que los mencionados reclamos ciudadanos tienen un despliegue mayor en distritos gobernados por Juntos por el Cambio. Enlazan esa posición refractaria de sectores de la comunidad a la continuidad del confinamiento, al reclamo que por cuerda separada vienen realizando a Kicillof intendentes de varios de esos distritos para que abra la canilla de autorizaciones a sectores comerciales que vienen padeciendo una larga agonía que no arrancó con la pandemia, sino que lleva al menos dos años en sintonía con la fuerte caída de la actividad. Pero que, indudablemente, el obligado cierre de comercios acentuó dramáticamente.
Anotan otra cuestión que hizo ruido en los últimos días y que tiene que ver con la aparición de María Eugenia Vidal en un video en el que insta a una serie de dirigentes a salir a pedir el voto. Cerca de Kicillof están convencidos de que la exgobernadora entró, lentamente, en modo campaña. Concluyen, también, que demandará un esfuerzo adicional encontrar consensos básicos en la Legislatura, donde la oposición controla el Senado, en este contexto de aceleración de los tiempos políticos.

Lucha de intereses
También emergen movimientos llamativos en el Frente de Todos. Máximo Kirchner es protagonista de algunos de ellos. Otros, mucho más evidentes y a su estilo polémico, son los que casi a diario viene desgranando Sergio Berni. El accionar del ministro de Seguridad empieza a generar recelos en el peronismo, más aún desde que se transformó en un secreto voces su ambición por transformarse en el sucesor de Kicillof.
Berni ha levantado fuertemente su exposición pública, con declaraciones explosivas como cuando comparó la situación de las villas y una eventual propagación de los contagios con el efecto de una bomba atómica. Cuentan que hasta el propio Kicillof en ocasiones se sorprende con su ministro. Algunos testigos que estuvieron junto al mandatario el día que Berni apareció en el barrio Azul vestido de amarillo los escucharon reflexionar con humor: “Se vistió de minion”.
El recelo empezó a llegar a algunos intendentes que apuntan al mismo objetivo que el ministro. Por eso, varios de ellos pusieron el grito en el cielo cuando el funcionario concretó una movida frente a la Municipalidad de Zárate para reclamarle al jefe comunal oficialista Osvaldo Cáffaro por un hecho de inseguridad. Un desafío a la autoridad de los alcaldes que el PJ territorial no estaría dispuesto a dejar pasar así como así.
Es también muy notoria la creciente participación de Máximo Kirchner en los asuntos bonaerenses. No solo en las cuestiones de gobierno: también, en lo territorial. En el oficialismo se mencionan con insistencia los nombres del hijo de la expresidenta y el de Kicillof como eventuales sucesores de Alberto Fernández para el caso de que el Presidente no aspire a más que un mandato. Y se transforme “en lo que fue Adolfo Suárez para España”, comparan en ámbitos del peronismo.

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