éxodo jujeño
OPINIÓN

Del éxodo jujeño a la cuarentena

Estamos asistiendo en dichos días a una actitud de la sociedad, frente a la prolongación de conservar un confinamiento domiciliario, mitigado por varias salidas para preguntas de primera necesidad, cuya característica central es el hastío e irritabilidad por esta cuestión de "quedarse en el hogar", como si se tratara de una condena de cumplimiento domiciliario, una prisión sanitaria o algo de esta forma. 

El éxodo jujeño

 Como ya se conoce, es esta la exclusiva forma de prevenir el contagio y propagación del Covid19 y las nefastas secuelas que conlleva, alusión clara los estragos que está realizando en los EEUU, Italia, España, Inglaterra y otros territorios. 

 A los argentinos nos cuesta comprender que se debe tener la paciencia y tolerancia elementales para estos sucesos a cada una de luces indescifrables y catastróficos. Sólo es necesario quedar en domicilio con todo el bienestar de la modernidad. 

 No hay inconvenientes de abasto de electricidad, gas, telefonía, TV, Internet, etcétera. Entonces la pregunta es ¿por qué estamos tan molestos, irritados, fastidiados y disgustados, si comprendemos perfectamente que esta es la exclusiva vereda a transitar?

 Si hacemos un viaje por el túnel del tiempo y nos trasportáramos al 23 de agosto de 1812, apenas 2 años de la Revolución de Mayo, asistiríamos a la más grande epopeya famosa registrada en estas tierras. 

 Los habitantes de Jujuy emprendiendo un éxodo total y absoluto hacia Tucumán. Abandonando sus casas, los hacendados arriando todo el ganado, los comerciantes empacando cuanta mercancía fuera de costo, los campesinos lo cual no cosechan lo queman, no quedando nada ni nadie, recorriendo un pesado y penoso camino de bastante más de 70 leguas. 

 En su ruta de ocupación hacia el sur los godos no tendrían aprovisionamiento. Era la táctica del Gral. Manuel Belgrano quien comandaba el maltrecho Batallón del Norte, replegar su tropa hasta Tucumán y aguardar ahí al batallón realista para la resistencia. 

 El heroísmo de ese poblado y la figura carismática a la que no le faltó rigor, como la del autor de nuestra Bandera Nacional, hizo viable dicha gigantesca y gloriosa hazaña. Las posteriores batallas de Tucumán y Salta han permitido rechazar al invasor, mantener el control de el frente del norte, materializando de esta forma la titánica campaña del Batallón Libertador de los Andes. 

 Si reflexionáramos sobre dichos hechos históricos que presentan un comportamiento patriótica ejemplar y tuviéramos algo de vergüenza para intentar de ser dignos de esos hombres, podría ser diferente nuestro comportamiento frente a el requerimiento de esta cuarentena. Con tranquilidad y serenidad, entenderíamos que "cuidarse es proteger" al otro, al conciudadano. Aquello además es patriotismo. 

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