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Axel Kicillof, mientras atiende el equipo de los centros asistenciales, busca nutrir de fondos a los municipios para el pago de sueldos.
PANORAMA PROVINCIAL

Es el virus de los recursos el que socava la relación entre la Provincia y los municipios

Necesidades amplias y fondos acotados. La síntesis perfecta para que las fricciones políticas afloren sin tapujos. La amenaza de la pandemia y las medidas que se adoptaron en procura de mitigar sus efectos están haciendo estragos sobre diversas actividades productivas que están virtualmente paralizadas. Y una de sus derivaciones más palpables es la abrupta caída en la recaudación de los distintos niveles del Estado.
Las cajas de la Provincia y los municipios muestran una fatiga inquietante. Desde hace algunas semanas las luces rojas titilan en los tableros de control de las distintas gestiones. Los ingresos se desplomaron a límites que obligan a muchas administraciones comunales a cerrar programas y suspender obras. Y a recortar servicios esenciales como la recolección de residuos. Aun así, casi la mitad no está pudiendo juntar los recursos para pagar sueldos.
Algunos datos son por demás reveladores. Antes de que el fantasma del coronavirus encendiera todas las alarmas, en la Provincia había 30 municipios que afrontaban dificultades para cumplir con sus empleados. De tal forma, tenían que ser asistidos por el Gobierno bonaerense. Ahora, ese número se duplicó. De acuerdo a datos que circulan en el Gobierno bonaerense, son 60 los distritos que claman por la llegada de fondos porque no alcanzan a cumplir con el calendario de pagos.
Axel Kicillof acaba de anunciar dos medidas que apuntan a auxiliar a las comunas, un combo de 4 mil millones de pesos que podría ampliarse para mayo. Mil de ellos se distribuirán de la misma forma en que se hace con la coparticipación provincial, esto es, tomando una serie de parámetros como población y camas ocupadas en los hospitales.
Los otros 3 mil serán direccionados por el propio Ejecutivo hacia las comunas que afrontan más dificultades financieras. Varios alcaldes oficialistas y opositores montaron en cólera por esta modalidad de reparto. “Es discrecional”, braman en privado para cuestionar la decisión del Gobernador.
Pretenden que se siga el mismo criterio que con los recursos coparticipables, pero la Provincia afirma que la decisión no supone un capricho. “Es necesidad”, sostienen. “La plata es escasa y se destinará al pago de sueldos y a la atención de distintos aspectos que tienen que ver con el funcionamiento del municipio”, afirman.

El punto de fricción 
Los temores de los intendentes sobre la gestión de Kicillof se han vuelto verosímiles. Cuando el nombre del mandatario comenzó a tomar cuerpo como posible candidato, varios alcaldes peronistas lo resistieron. Temían, entre otras cuestiones, que el exministro se metiera de lleno a examinar las cuentas de las comunas. Es lo que ha hecho. Los 3 mil millones con forma de créditos a través del Banco Provincia tendrán cupos en función, justamente, del estado financiero de cada distrito.
Para algunos alcaldes se trata de un “castigo”. Se quejan porque esa modalidad termina penalizando a las gestiones ordenadas, a las que consiguieron ahorrar recursos y tienen depósitos en los bancos que en algunos casos terminaron prestando a la propia Provincia para que saliera del ahogo financiero. “A los que hicieron mal las cosas, les va a tocar más”, es la amarga queja que se escucha sin distinción de campamentos.
En el Gobierno provincial afirman que si las comunas tienen recursos depositados con formato de fondo anticícilico, es hora de usarlos. “Estamos en emergencia”, sostienen, y así justifican los motivos por los que aquellos distritos que muestran cierta holgura de caja recibirán menos fondos.
Hay otros asuntos que también se cocinan a fuego lento. En la Provincia dicen que no es el momento, pero que habrá que empezar a revisar la forma en que los 135 municipios reciben el flujo de coparticipación. La lupa oficial habría detectado inconsistencias entre las camas ocupadas que los intendentes declaran que tienen en los hospitales y las que realmente lo están. La pandemia y el monitoreo oficial sobre la situación del sistema de salud habría arrojado que algunos datos que declaran las comunas no podrían contrastarse con la realidad.
En el Gobierno bonaerense dicen que el fondo de ayuda podría ser de 8 mil millones en mayo y llegar hasta 12 mil millones de pesos en junio. Pero para estirarse hasta esa cifra, Kicillof necesitará del acuerdo de la Legislatura. Ya se habla de que ingresará un proyecto para pedir la autorización. Será una forma, además, de sacar del larguísimo letargo en el que entró el Parlamento bonaerense en estos tiempos de pandemia.

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