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OPINIÓN

El amor antes del coronavirus

Pestes, epidemias el mundo conoció al paso de los siglos con más o menos cantidad de muertos. Pero como antes no se conocían las estadísticas, la gente se encogía de hombros porque las fatalidades les pasaban a otros, sin olvidar que los bombardeos norteamericanos con bombas atómicas sobre ciudades japonesas provocaron más muertes que cualquier otra pandemia. Pero esto es otra historia. 
Antes que apareciera ahora este novísimo virus que nos tiene (con muy buen criterio) encerrados en nuestros domicilios, un señor llamado Pacomio se enamoró rotundamente de una señora llamada Esculapia, muy culta y lo que hoy diríamos, una profesional. 
Pacomio, hombre sufrido si los hubo, había solicitado el auxilio de Afrodita, pero Afrodita tenía la pésima costumbre de prometer y no cumplir.Ya lo había engañado a Efesto, cuando este celoso de la belleza de su esposa había ordenado encerrarla con una poderosa red de bronce. Sucedió que en cuanto Efesto se hubo ido a la guerra, Afrodita llamó a Ares quien ni lerdo ni perezoso le desató la red y yació con ella. A los dioses les molestó la conducta de Afrodita, la de Ares y hasta la del pobre Pacomio que por tanto fue condenado a ser mortal. Pero al transformarlo en hombre, no repararon que tendría memoria. Y fue así como Pacomio pasó a vivir en la tierra de los mortales. 
Y Pacomio hombre se enamoró de una mujer. Y se enamoró verdaderamente, no a la manera de las costumbres del Olimpo en que enamorarse era cosa de todos los días y sencillamente olvidable. Fue su primera vicisitud humana. La segunda fue la política. 
En el Olimpo, Pacomio consultaba el oráculo como legítimamente correspondía. Creía en los dioses y respetaba sus caprichosos mandatos. Pero en la tierra, los horóscopos de los diarios o las revistas no se parecían en absoluto a aquellos otros, por la sencilla razón de que el futuro quedaba en manos de periodistas que (después se supo) se entretenían en escribir cualquier cosa. Por esta razón Pacomio se acordó de Zeus y le solicitó su parecer.
¿Cuál era el problema del pobre Pacomio? Que la mujer de quien se había enamorado pensaba políticamente distinto de lo que Pacomio pensaba. Fiel al Olimpo, Pacomio terrenalmente se hizo conservador, mientras que su amada le había dicho que ella era peronista, peronista de Kirchner.Pacomio sinceramente no entendía nada. Él había sido instruido para sentir el amor y que aquí, en la tierra, debía ser verdadero. 
Y no hubo forma de que ella entrara en razón, por cuanto acusó a Pacomio de ser de extrema derecha y que no entendía nada de Derechos Humanos. Pacomio se defendió sin entender qué tenía que ver la derecha o la izquierda, el atrás o el adelante, el arriba o el abajo. Pero no hubo caso.
Zeus se apiadó de Pacomio y una noche, en el transcurso de un sueño, le hizo ver que la hija del rey Cíneras, rey de Chipre, era más hermosa que esa pobre mortal humana de quien Pacomio se había enamorado. La muchacha se llamaba Esmirna. Pero, ¿cómo hacer?
Esmirna vivía en el Olimpo y Pacomio era hombre y vivía en la Tierra. Quien intentó arreglar el asunto fue Afrodita. 
¿De qué manera? Muy fácil. Le dijo a Pacomio que las mortales aceptaban de buen grado que les obsequiaran flores y que a esa mujer le obsequiara una rosa roja, símbolo del apasionado amor entre los mortales. Pacomio cumplió con el mandato de la diosa, pero no obtuvo ningún resultado. Y así, maltrecho y moribundo sepultó a su pobre y perdido amor. 
Pero Afrodita no se dio por vencida y transformó a Pacomio en un hombre que si bien era un hombre maduro (los mortales los denominan adultos mayores) pasó a gozar de una muy agradable presencia, y confió a Perséfone que cuidara a Pacomio. ¿Y qué paso? Que Perséfone se enamoró de Pacomio y el lío fue más grande. Zeus, cansado de tantos problemas, le pidió a Pacomio que no lo molestara más y lo condenó a que leyese y estudiase cuanto libro cayese en sus manos. 
Desde la más remota antigüedad, Pacomio que después pasó a llamarse Luis y después Carlos y después Atilio, etc., etc.navega por los siglos leyendo y estudiando. Pero sin amor. 
En un sueño el pobre Pacomio (o como se llamara) soñó que Deyanira, hija de un rey, podría salvarlo yaciendo con él. Parece que de esa unión nació una joven que es hermana de la Esperanza.

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