TRIBUNA DEL LECTOR

El coronavirus y la economía

En momentos en que el presidente Alberto Fernández tomó la decisión de alargar la cuarentena hasta el 12 de abril próximo se me ocurrió hacer esta nota con el ánimo de realizar un aporte de ideas por la situación que estamos viviendo, dejando en claro que sin ninguna duda priorizo la vida a la economía. No obstante, quiero advertir sobre las consecuencias gravísimas que deberemos afrontar si esta cuarentena se extiende en el tiempo, por ejemplo, mucho más allá de los veinte días.
En estos días un reconocido economista ha expresado que una pyme o microemprendimiento no puede soportar más de veinte días sin ingresos, luego de ese tiempo debe cerrar. Cabe señalar que el Gobierno está haciendo un esfuerzo tremendo para salir en ayuda de estos sectores como también monotributistas o la franja de los independientes no registrados. Sin embargo resultará muy difícil poder dar solución a un emprendimiento que siga cerrado y sin ingresos.
Estamos hablando de más de doce millones de personas que están hoy en riesgo de perder sus trabajos de mantenerse esta situación que llevaría el porcentaje de desocupados de casi el 9% de la población activa al 13%, una cifra realmente insostenible y ni hablar de la caída de la recaudación que por la falta de actividad económica caerá significativamente. Hoy el 60% de las actividades económicas están paradas, se trata de 12 millones de personas. Esto es así porque los sectores afectados son más intensivos en empleos que los no afectados. Tengamos presente que un trabajo perdido es muy difícil recuperarlo.
En este sentido el Gobierno nacional deberá acudir en ayuda de las provincias y estas a sus municipios por la caída de sus recaudaciones con motivo de la cuarentena y poder continuar con la prestación de los servicios básicos.
Continuar con la cuarentena va a provocar también que las empresas de servicios no puedan cobrar sus facturas  con la consecuencia  probable de tener que suspender los servicios que prestan.
Mi propuesta para paliar en parte esta situación se basa en flexibilizar la cuarentena en aquellas ciudades de menos de 100.000 habitantes donde el riesgo de contagio es menor permitiendo la apertura de los negocios y empresas, el trabajo de los monotributistas y actividades independientes, con las debidas restricciones de ingreso a los locales y demás medidas de seguridad, manteniendo la cuarentena para los mayores de 65 años, el segmento más vulnerable al virus, restringiendo el ingreso de personas de otros lugares y de esta manera minimizar el impacto económico de la cuarentena.
De hecho he podido comprobar en mi barrio al realizar las compras de alimentos, como las personas y los establecimientos están cuidando un posible contagio limitando el ingreso a los locales y las personas guardando una distancia razonable para evitar los contactos o sea que todos han tomado conciencia de la gravedad de la situación. 
La intención de esta propuesta es tratar de atenuar el impacto en la economía de estas medidas teniendo en cuenta que las situaciones son completamente distintas en los centros urbanos masivos de las ciudades pequeñas o medianas con menor riesgo de contagio. A mi criterio se debería segmentar el país por zonas adoptando medidas extremas en aquellos lugares de máximo riesgo (hasta ahora el 70% de los contagios se produjeron en el área metropolitana) y flexibilizarlas donde los riesgos de contagio son menores.
 

Aldo García López.