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El ministro Ginés González García visitó ayer el Instituto Malbrán, donde se realizan los estudios sobre los casos sospechosos de haber contraído el Covid-19.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Entre “cuarentena preventiva” y el plan “tómelo o déjelo” de Martín Guzmán

El Gobierno atraviesa con chispazos internos la crisis del coronavirus, mientras que la inminente propuesta para reestructurar la deuda preanuncia turbulencias económicas.

A la Argentina le aguardan días turbulentos. La irrupción del coronavirus como una realidad que se impuso por peso propio y la inminente propuesta que hará el Gobierno a los tenedores de bonos de la deuda podrían combinarse para generar un escenario de inquietud y nerviosismo que obligará al presidente Alberto Fernández a mantener el equilibrio y reafirmar su liderazgo. La actuación de los ministros Ginés González García y Martín Guzmán será puesta bajo la lupa.
El ministro de Salud pareció quedar en medio de su propia tormenta, luego de minimizar en un comienzo la llegada del virus Covid-19 al país –lo situó como un problema en China- y luego tardó en reaccionar cuando se expandió a Europa. Pese a que goza de prestigio como sanitarista, tomó nota de la gravedad del asunto cuando colapsó Italia. Ginés se mueve con criterio propio y lo rodea un grupo cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Promediando la semana, Alberto F. se puso a la cabeza del operativo oficial para contener el avance del coronavirus. Grabó por primera vez un mensaje para la cadena nacional y firmó un decreto mediante el cual se tomaron medidas contundentes, como el freno a los vuelos provenientes de países infectados.
Ginés parece ser más gradualista: ayer visitó el Instituto Malbrán, donde se realizan los estudios sobre los casos sospechosos de haber contraído el Covid-19, y habló de “contención”, término que en algunos sectores del Gobierno creen deberá ser reemplazado por el de “mitigación”. Llegado ese momento, las medidas tienden a ser draconianas.
Por caso, sigue en análisis la posibilidad de que se suspenda el ciclo lectivo, algo que hasta el momento fue rechazado por la cartera sanitaria, con enojo incluido hacia el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, porque cerró las escuelas de la provincia norteña hasta nuevo aviso. También hubo algún fastidio de las autoridades con el club River Plate, que no se presentó a jugar ayer en su propio estadio. Aunque, en rigor, en el trasfondo de esas medidas asoma la prevención.

La bomba del Conurbano
De hecho, el propio Gobierno evalúa cerrar las fronteras terrestres en Misiones, Mendoza y Corrientes. En el noreste del país, el cuadro sanitario ya está muy complicado con el avance del dengue, con lo cual el sistema de salud podría colapsar si se le suma el coronavirus. El temor a esa combinación reside en el Chaco. Pero la bomba mayor podría explotar en el Conurbano: en esa región de la Provincia se impone un urgente refuerzo de precarias salas de cuidados intensivos.
La concientización de la población en la higiene personal resulta fundamental. En materia de comunicación, es más efectivo que tomen protagonismo los médicos especialistas –que pueden explicar en forma didáctica y sin cometer errores técnicos- que los dirigentes políticos. 
De ahí que la segunda de Ginés, Carla Vizotti, apareciera más en los últimos días que el propio ministro. Pudo haber incidido también algún malestar con el experimentado funcionario en la Casa Rosada.
Así como la crisis del coronavirus puso las cámaras sobre Ginés, le franqueó a su colega Guzmán cierto alivio mediático para terminar de preparar la propuesta de reestructuración de la deuda, cuyo “deadline” está cada vez más cerca. “Faltan unos días”, deslizó ayer una fuente del Palacio de Hacienda al tanto de las conversaciones reservadas entre el ministro y los tenedores de bonos argentinos. La propuesta será “parte de un proceso que seguirá a lo largo de marzo”, precisó.
El “plan Guzmán” será difícil de digerir para los acreedores: consistirá en una oferta dura, del tipo tómelo o déjelo, que seguramente provocará la reacción de los mercados. Algo de eso ya se vio en los últimos días con la trepada histórica del Riesgo País, pero una vez que se concrete no se descarta una fuerte presión alcista sobre el dólar. Las devaluaciones de Brasil y México, en medio de la crisis sanitaria que disparó la salida de capitales, no ayudan a la Argentina en este contexto.
El Gobierno de Alberto F. debe lidiar con otras consecuencias negativas del “efecto coronavirus”: la caída en la cotización de la tonelada de soja de 350 a 315 dólares –registrada luego del aumento de las retenciones al 33% para este cultivo de exportación- y el desplome en el valor del barril de petróleo, a niveles de 1991, cuando se desató la Guerra del Golfo. Se trata de dos sectores que le aportan dólares a la Argentina y que son fundamentales para el denominado “frente externo”.

El aborto en suspenso
Con toda la atención puesta en el coronavirus y en la propuesta para reestructurar la deuda, el Gobierno tendrá que demorar iniciativas que hasta hace pocos días consideraba prioritarias: los proyectos de ley para legalizar el aborto y para reformar el Poder Judicial. Hay para ello razones operativas –el Congreso no podría realizar plenarios de comisiones que suelen ser muy concurridas- y políticas, porque esos temas requieren de una atención que ahora no tendrán.
De todos modos, el oficialismo está preparando el terreno para que ambos proyectos avancen en la Cámara de Diputados ni bien los envíe el Poder Ejecutivo. “Los presidentes de las comisiones son todos verdes”, graficó una fuente del cuerpo que preside Sergio Massa, al dar cuenta de la composición de las comisiones por las que deberá pasar la legalización del aborto. Ya se sabe que Alberto F. bajó la instrucción de que el Frente de Todos vote en bloque a favor de la iniciativa.
Con la reforma judicial impera una lógica similar. Aunque el clima político está más enrarecido en el Senado, donde se abrió el debate de un proyecto para intervenir el Poder Judicial de Jujuy, con el aval político de Cristina Kirchner, aunque sin el apoyo de Alberto F. La Vicepresidenta mueve todas las fichas en la Cámara alta: su “mano derecha” Oscar Parrilli fue designado al frente –nada más y nada menos- de la comisión bicameral de seguimiento de las actividades de Inteligencia.
Hasta el momento, la oposición nucleada en Juntos por el Cambio tomó por el camino de la denuncia de que el peronismo gobernante busca “copar” la Justicia, pero aún no ha sido capaz de articular una estrategia efectiva. La prueba de fuego la tendrá cuando deba tratarse el pliego del juez federal Daniel Rafecas como aspirante a procurador general de la Nación, propuesto por Alberto F. Especialmente los líderes legislativos del radicalismo se oponen a su nombramiento.
La aparición del expresidente Mauricio Macri para pedirle a la población que siga los consejos y las medidas del Gobierno para enfrentar el coronavirus fue bien recibida en la Casa Rosada, aunque allí destacan más la relación personal que mantienen Alberto F. y el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta. La coordinación entre la Nación y la ciudad de Buenos Aires se hace fundamental porque en ese distrito se registra la mayor cantidad de casos del virus Covid-19.
Las rencillas habituales entre el oficialismo y la oposición deberían suspenderse, al menos, hasta que amaine la tormenta sanitaria.

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